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5 noviembre, 2021

[Artículo] Jenny Canales: La pandemia, la rutina y los medios tradicionales

A pesar del gran desarrollo tecnológico, en nuestro país los medios de comunicación tradicionales siguen siendo la manera principal con el que miles de personas se distraen, informan y comprenden lo que pasa alrededor, por lo que la responsabilidad que estos tienen es bastante alta.

La responsabilidad no solo se concentra en la buena calidad de la señal, sino también en el comportamiento de su personal, el contenido de sus mensajes, el respeto por los horarios y las normas, el cuidado por la inclusión, entre otros aspectos.

Existen diferentes organizaciones que con sus monitoreos permanentemente llaman la atención sobre la forma en que se presenta a los niños, las niñas, los adolescentes, los adultos mayores y a las comunidades minoritarias. Pues aparecen victimizados, victimarios o, por otro lado, tienen casi nula representación por la escasa participación que tienen en el sistema económico.

La tarea educativa no solo se presenta hacia el lado de la población que debe conocer los mecanismos de queja que están a su alcance, sino también del lado de los productores de mensajes que deben de ser capaces de aprender a definir los límites en su producción: las diferentes normas que permiten horarios específicos, que respaldan la intimidad de las personas o que evitan atentar contra su identidad.

Al observar la televisión de señal abierta, se verá que la programación recae en noticieros, películas, programas futbolísticos, de entretenimiento, realities, series y telenovelas. Actualmente las telenovelas pueden ser turcas o indias creadas en este siglo o mexicanas que fueron transmitidas hacia finales del siglo pasado. El horario en el que se concentran coincide con el almuerzo y la sobremesa -aunque algunos las transmiten hasta las siete de la noche de modo continuo-.

En el Perú no existe producción nacional de modo sostenido, por lo que la compra de “enlatados” sigue siendo una práctica usual y, al parecer, no se toma mayor importancia sobre el contenido, pues la narrativa repite discursos, esquemas y estructuras que muchas organizaciones civiles luchan por erradicar. Así pareciera que la televisión compite con la sociedad civil, pues juega en contra.

Los medios tradicionales todavía no son conscientes de que el incremento en sus ganancias no está en la banalización, la poca vestimenta, el grito, el chisme, sino en la mejor construcción de mensajes, de análisis, de variedad, de lenguaje inclusivo. No son conscientes de que ellos son el vehículo para los que menos oportunidades tienen, de que su principal función es ampliar las voces de los que son ignorados y ello no es contrario al logro económico.

Esta situación sanitaria que estamos experimentando nos ha hecho permanecer más tiempo en casa, tener una vida más rutinaria por lo que hay más crítica respecto a la oferta y a como se privilegia programación dirigida exclusivamente al ciudadano económicamente activo.

 

Artículo publicado en el Diario Oficial El Peruano el 28/10/2021

Sobre el autor:

Jenny Canales Peña

Directora de la Escuela de Periodismo de la Universidad Antonio Ruiz de Montoya

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