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26 noviembre, 2021

[Artículo] Lauren DeVeau: El Reencuentro

Los reencuentros entre los seres queridos son unas de las mejores sensaciones de la experiencia humana. Son momentos llenos de emoción, lágrimas, gritos, abrazos y besos que captan la esencia y la importancia de la conexión humana. Después de casi dos años de aislamiento y distanciamiento social, tenemos esa gran oportunidad de reencontrarnos en varios ambientes: laboral, académico, social y familiar. Es un momento único, donde hay una experiencia compartida literalmente con todo el mundo.

Aunque quisiéramos regresar a la normalidad del 2019, nosotros mismos, el mundo y nuestro país no se encuentran en la misma situación. El índice de pobreza, la situación política y la accesibilidad a la educación nos obligan a mirar y reconocer las grandes brechas que crecieron en la pandemia. En adición, la división entre clases sociales e ideologías políticas nos mantienen distanciados y nos engañan al creer que es mejor quedarnos con quienes compartimos la misma opinión. Sin embargo, solos no podemos solucionar los problemas estructurales de nuestro contexto. Debemos abrirnos a nuevas posibilidades y perspectivas.

Aunque es un trabajo de largo plazo, la educación superior puede tomar un papel importante a través de la formación basada en la inmersión comunitaria y la experiencia. Hoy, de nada nos sirve invertir en una formación académica aislada de la realidad local y contexto actual. Necesitamos formar a personas competentes en colaboración, pensamiento crítico y diálogo interculturalidad con una perspectiva colectiva. No son habilidades que uno aprende memorizando, leyendo o de manera individual. Espacios como inmersiones, la internacionalización y cursos basados en el aprendizaje en la experiencia, conectan a los alumnos con la cruda y bella realidad. Son oportunidades en las que el problema y la teoría se personalizan a través de encuentros con el otro. En cada encuentro con comunidades, empresas internacionales y organizaciones sociales hay la oportunidad de conectar de una nueva manera.

Sin duda, la educación superior debe brindar las herramientas técnicas y especiales para cada carrera, pero nuestro mundo necesita más que trabajadores competentes. Oportunidades de realizar un intercambio internacional o participar en voluntariados también son importantes para la formación. Pero los problemas de hoy, no son problemas individuales. Están tan entrelazados que no se puede ver la pobreza sin ver la economía, la educación o la salud.  Si las universidades pueden cultivar espacios que preparen a sus alumnos a poder interactuar y unir personas de diferentes antecedentes e ideologías hay mayor posibilidad de crear y construir iniciativas que impacten varios sectores de la sociedad. Aprovechemos este momento de reencuentro no solo para abrazar a nuestros seres queridos sino también para encontrar nuevas formas de disminuir las brechas que ha dejado la pandemia.

Artículo publicado en el diario oficial El Peruano 25/11/21

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