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3 marzo, 2023

[Artículo RPP] Alonso Cárdenas: Parlamentarismo desenfrenado

Revisemos los riesgos de un régimen parlamentarista teniendo en cuenta un sistema de partidos extremadamente inconsistente.

En un texto que podríamos calificar de clásico para la Ciencia Política peruana, Cynthia Sanborn y Eduardo Morón (2007), llevan a cabo un análisis prolijo del proceso de elaboración de políticas públicas en el Perú (PEP). En su investigación, los citados académicos hacen una reflexión con acento histórico que explica los resultados mayormente desfavorables en la consolidación del estado de derecho y en el logro de una mayor equidad social.

En su documento, Sanborn y Morón construyen tres escenarios con el objeto de comprender el PEP en las últimas décadas. El primer escenario se denomina como fuertemente presidencialista pero formalmente democrático. En él, el Poder Ejecutivo cuenta con mayoría en el Congreso, lo que le permite tomar decisiones de política y ejercer poderes considerables, como por ejemplo legislar vía decretos. Este escenario lo vivimos con Belaunde de 1980 a 1985 y con García I, de 1985 a 1990.

El segundo escenario es un proceso presidencialista más atenuado, aunque formalmente democrático. En dicho escenario el presidente no cuenta con mayoría en el parlamento. Bajo este contexto, el mandatario goza con una “luna de miel”, es decir un periodo de gracia donde se usan decretos de urgencia y delegación de facultades legislativas. Este ha sido el escenario más frecuente, lo vimos en el periodo 1990-1992 bajo Fujimori, en el 2001-2006 con Toledo, 2006-2011 con García II aunque con atenuantes, y 2011-2016 con Humala.

Finalmente, tenemos el “presidencialismo desenfrenado”. En él, de acuerdo con los autores, el presidente elegido por canales democráticos, ejerce un fuerte poder discrecional y arbitrario contra otros poderes del Estado, ya sea por mecanismos constitucionales o extraconstitucionales. Para los investigadores, el Perú vivió este tipo de escenario desde el autogolpe del 5 de abril de 1992 hasta la huida de Fujimori.

No obstante, la degradación del sistema político peruano ha llegado a tal magnitud que podríamos hablar de un cuarto escenario, no contemplado en el texto primigenio. El cuarto escenario sería el “parlamentarismo desenfrenado”. En él, el congreso dominado por una coalición conservadora, mercantilista y populista, ejerce una enorme presión al gobierno, poniendo y quitando ministros y promulgando leyes que atentan contra la democracia misma. Desde mi perspectiva, el parlamentarismo desenfrenado nació formalmente el 16 de diciembre del 2016, con la caída del ministro de Educación Jaime Saavedra y no ha parado hasta la fecha, hundiendo al país en una grave inestabilidad.

Entre las más recientes manifestaciones del parlamentarismo desenfrenado están elegir a un Tribunal Constitucional a medida, desbaratar instrumentos de control político como la cuestión de confianza, tener iniciativa de gasto, proscribir acciones de amparo en defensa de la calidad universitaria, continuar con la elección del defensor del pueblo a pesar de las medidas cautelares, amenazar con llevar a la Junta Nacional de Justicia a aquellos jueces que ejerzan control constitucional, acosar políticamente a miembros de entidades electorales como el JNE o la ONPE, por mencionar algunas.

El problema primordial del parlamentarismo desenfrenado es que a diferencia de su primo lejano el parlamentarismo clásico, descansa en un sistema de partidos extremadamente repudiado, endeble e inconsistente. Esta situación le hace un daño tremendo a la democracia al quitarle legitimidad.

A manera de conclusión, el sistema político peruano ha caído en una de las peores casillas posibles, convertirse al parlamentarismo de manera forzada, sin tener partidos políticos mínimamente cuajados. Mi hipótesis es que de no revertirse esta situación, la calidad de la democracia continuará degradándose hasta desaparecer, incrementado la inestabilidad y el desgobierno en el país.

Lea la columna del autor todos los viernes en Rpp.pe 

Sobre el autor:

Alonso Cárdenas

Docente de la carrera de Ciencia Política de la Universidad Antonio Ruiz de Montoya

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