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8 enero, 2025

[Artículo Stakeholders] Mario Roncal ¿Podrían las empresas atraer clientes sensibilizando y humanizando sus estrategias a través de la RSE?

Hablar sobre responsabilidad social empresarial nos encamina hacia una conceptualización que esta transformando la filosofía de las empresas, sus objetivos, imagen, cultura y organización. Existe un nivel ético en la actuación de estas empresas que buscan la sostenibilidad en el impacto de sus actividades frente a la sociedad, el medioambiente y la economía. Las empresas que adoptan esta filosofía se han obligado internamente a modificar sus procesos, acciones, lineamientos y reglamentos con el fin de satisfacer a sus consumidores y evitar afectar a sus stakeholders. Sin embargo, algunas han optado por un camino más fácil desarrollando su comunicación mediante un lavado de cara como es el “greenwashing”, buscando asociar sus productos o servicios a acciones que los vinculen con motivaciones de sostenibilidad o al menos a la de sustentabilidad, con el fin de captar la atención de consumidores comprometidos con el medioambiente. Sin embargo, sus acciones internas son opuestas a sus estrategias de marketing. En este sentido el mercado va descremando poco a poco a estas organizaciones, que al final, llegan a decepcionar a su público generando rechazo, desconfianza y pérdida de valor.

La pregunta ¿es posible tener sensibilidad humana dentro de las políticas desarrolladas por sociedades empresariales? comienza a tomar mucha fuerza. Cada vez se busca introducir en las cadenas productivas esfuerzos que permitan acercarnos a una meta que parece hoy muy difícil de lograr y que fue propuesta por la ONU para el 2030 a través de sus ODS: la protección del planeta, el fin de la pobreza y la mejora de la vida de las personas que habitan en este mundo a través del fomento de la innovación, la igualdad y el conocimiento, entre otros.

Asimismo, ante una competitividad global en la que la captación de clientes es cada vez más encarnizada, las empresas requieren encontrar estrategias que los acerquen más a los consumidores. A ello se suman las exigencias de los países vinculados al Protocolo de Kioto que entró en vigor el 2005 y el Acuerdo de París que entró en vigor en el 2016, este último firmado por 193 países más la Unión Europea. El Acuerdo de París cuenta con políticas de ingreso de productos centradas en el cambio climático, la sostenibilidad y que premian las acciones de mejora en estos aspectos.

Ante los cambios de timón que requiere el mundo, las estrategias empresariales junto con las políticas de Estado juegan un papel muy importante en el futuro de la humanidad y la sustentabilidad. En este discernimiento, el trabajo conjunto es crucial para poder alcanzar sus metas y a la vez, dar solución a los problemas endémicos que nuestra misma sociedad ha ido generando debido a una carrera desenfrenada por el desarrollo industrial y tecnológico, sin pensar en su repercusión.

Las nuevas generaciones son más conscientes del daño que han infringido los países a nuestro mundo, por lo que su sensibilidad, sentido humanista y ética de las organizaciones, nos acerca a una nueva referencia de la RSE, que enfatiza la importancia de valores como la justicia, la equidad y la dignidad humana en las prácticas empresariales.

Creemos que este nuevo componente humano será el que lidere los cambios sustantivos en el modo de vivir a futuro en un mundo bastante golpeado por la desidia de los líderes actuales, donde prime la sensibilidad humana dentro de las organizaciones, teniendo en cuenta la responsabilidad en la sociedad en la que vivimos.

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