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5 febrero, 2021

[Artículo] César Escajadillo: El coronavirus y el método científico

 No cabe duda que la ciencia ha sido un protagonista clave en la lucha contra la pandemia. Como nunca, el mundo ha sido testigo del esfuerzo de la comunidad científica por frenar el avance de la enfermedad que ya ha cobrado cerca de dos millones y medio de muertes. El resultado de este esfuerzo no deja de ser sorprendente, con al menos cinco vacunas aprobadas para su uso en menos de un año; lo que la convierte en la vacuna obtenida con mayor rapidez en la historia de la humanidad.

Este triunfo de la ciencia no significa que todos reconozcan su importancia o la valoren del mismo modo. En nuestro país, una encuesta reciente revela que más del 40% de la población nacional rechaza la vacuna debido a sus posibles efectos secundarios y la velocidad con que ha sido obtenida. Asimismo, miles de personas alrededor del mundo piensan que las vacunas no son seguras, que la Covid-19 es un invento humano o que la pandemia no existe.

Estos datos serían intrascendentes si no fuera porque la desconfianza hacia la ciencia surge en ocasiones de la comunidad académica, la que debería cumplir un papel preponderante en acercar la ciencia a la sociedad. En efecto, no es infrecuente notar que desde la academia se promueve un discurso abiertamente anticientífico, el cual asimila lo científico con un modo de pensar reduccionista, excluyente y autoritario; la expresión de una visión del mundo netamente occidental (por tanto, parcializada) erigida sobre el culto excesivo a la razón.

Sin duda, a lo largo de la historia ha habido concepciones de la ciencia, que son más de orden teórico, que han contribuido con esta imagen. Pensemos en el positivismo y en una de sus manifestaciones más cuestionables: el darwinismo social (al que no hay que confundir con el darwinismo a secas). Otra concepción que no hace favor a la ciencia es la idea de que hay algo llamado el “método científico”, la idea de que la autoridad de la ciencia descansa en una serie de pasos que los científicos siguen al hacer descubrimientos y validar sus resultados. Sin embargo, como señala el filósofo Henry Cowles en un reciente libro, el método científico no existe, es simplemente un mito.

Cowles muestra que existe demasiada diversidad dentro de la práctica científica individual y colectiva para afirmar que los científicos tienen un único procedimiento o siguen una “receta”. El desarrollo de la vacuna contra la Covid-19, obtenida en medio de la emergencia sanitaria, muestra que la ciencia afronta desafíos complejos, multidimensionales, asumiendo riesgos y con flexibilidad. Más importante aún, muestra que la ciencia resuelve los problemas como lo hace la persona de a pie: averiguando los hechos, comparando información y trabajando en equipo. Pensar en la ciencia como una prolongación del sentido común permite verla como una herramienta al servicio del ser humano y su búsqueda de bienestar.

 

Artículo publicado en el Diario Oficial El Peruano el 4/02/2021

Sobre el autor:

César Escajadillo Saldías

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