La educación a distancia es una forma de enseñanza y aprendizaje la cual desde el siglo pasado busca romper las barreras geográficas del modelo educativo tradicional. Se caracteriza por la flexibilidad de sus horarios, pues el mismo estudiante organiza su tiempo de estudio, lo cual requiere cierto grado de autodisciplina y trabajo autónomo.
Con la incorporación de las tecnologías de la información y comunicación (TIC) en la educación se ha impulsado categóricamente el desarrollo de la educación a distancia en un marco de calidad educativa como nunca antes. Se ha innovado, significativamente, la forma de aprender y enseñar desde una dinámica de una clase tradicional y presencial. El mundo virtual nos aporta nuevas metodologías ágiles y estrategias didácticas. De esta forma, desde cualquier lugar del mundo, los docentes y estudiantes pueden conectarse a un entorno virtual de aprendizaje haciendo uso intensivo de las facilidades y bondades que proporcionan las plataformas de teleinformación LMS.
Docentes, estudiantes e instituciones hoy están enfrentando desafíos y han tenido que adaptarse y sumarse a los cambios educativos de enseñanza y aprendizaje en escenarios virtuales. La “nueva normalidad educativa” por el Covid-19 propició un diverso ecosistema de medios digitales para las relaciones entre docentes y estudiantes. Si bien es cierto que a lo largo de la evolución tecnológica la educación a distancia ha sido un modelo adoptado por una buena cantidad de centros educativos; no ha sido hasta esta situación coyuntural que este modelo educativo está cobrando mayor relevancia como una alternativa para resguardar la salud de todos, evitar el contagio y primordialmente, continuar con la formación académica en los distintos niveles para así evitar el rezago o aplazamiento.
Entre los principales desafíos de la educación a distancia tenemos el promover el aprendizaje autónomo a través de estrategias de enseñanza en línea, la conformación de comunidades virtuales de aprendizaje activas entre los estudiantes a través del trabajo colaborativo, la autorregulación del aprendizaje de los estudiantes a través de la evaluación continua y formativa, y la gestión del entorno virtual de aprendizaje facilitando la navegación, la colaboración y la comunicación de sus recursos y actividades.
La pandemia nos lleva a ser doblemente conscientes sobre cómo abordaremos estos desafíos que se nos presentan de cara al futuro proponiendo nuevos diseños de experiencias de usuarios, diseños instruccionales, metodologías ágiles y estrategias didácticas para estimular el aprendizaje. Asimismo, los nuevos entornos virtuales de aprendizaje demandan un mayor desarrollo en competencias docentes para la concreción de pautas o consignas de aprendizaje, selección de recursos y actividades para que los estudiantes puedan seguir adelante y volverse corresponsables de la construcción del conocimiento.
Artículo publicado en el Diario Oficial El Peruano el 17/12/2020
Sobre el autor:
Deivy Cordero
Especialista en Educación y TIC de la Universidad Antonio Ruiz de Montoya