15 diciembre, 2020

[Artículo RPP] Alonso Cárdenas: Escenario de sobrevivencia

El Ejecutivo todavía no ha leído bien la coyuntura y tampoco ha identificado claramente quiénes son los aliados y los enemigos de la democracia peruana. Hemos transitado del escenario límite al escenario sobrevivencia. El margen de error es cada vez menor.

En una columna escrita hace dos semanas señalaba que el país estaba al límite y que el gobierno debía poner especial énfasis en los gravísimos problemas del campo, en la relación con un Congreso con sed de venganza, y que el manejo de la conflictividad social prácticamente definía la gestión de la presidenta del Consejo de Ministros Bermúdez. Hoy, el contexto es aún más delicado, pues hemos transitado del escenario límite al escenario sobrevivencia. El margen de error es cada vez menor.

Desde mi perspectiva, el Ejecutivo todavía no ha leído bien la coyuntura y tampoco ha identificado claramente quiénes son los aliados y los enemigos de la democracia peruana. Las reuniones que mantuvo el Presidente de la República con César Acuña de Alianza por el Progreso y Keiko Fujimori de Fuerza Popular suman poco y nada a la gobernabilidad del país. Por el contrario  alejan a Sagasti del movimiento ciudadano y juvenil que lo puso en el poder. En política existen muchos ejemplos de sumas que restan, esta es una de ellas.

Definitivamente el gobierno ha perdido iniciativa y está perdiendo capacidad de convocatoria, en otras palabras se está quedando solo. Los grupos que vacaron a Vizcarra se están reagrupando ante el vacío de poder dejado por el Ejecutivo. La soledad en contextos de alta precariedad institucional es sumamente peligrosa.

¿Cómo retomar la iniciativa y la capacidad de convocatoria en el corto plazo? Lo primero que debe reconocerse es que la calle es el único soporte que tiene el gobierno y debe apoyarse en ella si quiere llegar a 28 de julio. Para lograr mayor acercamiento tiene que haber gestos inmediatos y  potentes, uno de ellos es la lucha contra la impunidad. Han pasado más de dos semanas desde las muertes de Inti Sotelo Camargo (24) y Jack Bryan Pintado Sánchez (22) y, si bien las investigaciones corren a cargo del Ministerio Público, hasta el momento no se han identificado las responsabilidades directas y las políticas. De igual forma, considero que es factible que el Ministerio de Justicia y Derechos Humanos asuma la reparación de las víctimas de las protestas. Este fue un pedido de la Presidenta del Congreso, Mirtha Vásquez, que debe materializarse en el corto plazo.

Lo segundo es que debe quedar claro que las agrupaciones que llevaron a Manuel Merino al poder no tienen ningún límite o escrúpulo, por ende no puede haber margen para la concesión o el gradualismo. Miremos la nefasta experiencia del ingenuo equipo político de PPK. Por ende la confrontación con apoyo de la calle y la juventud parece ser el único camino.

Lo tercero es que se tiene que mejorar integralmente la gestión de la conflictividad social y ahí el Viceministerio de Gobernanza Territorial de la Presidencia del Consejo de Ministros juega un papel preponderante. En este aspecto, un factor clave es fortalecer la detección temprana de los conflictos. Ni el Willaqniki, publicación especializada de la PCM sobre  el panorama de la conflictividad social, ni el Reporte de Conflictos Sociales de la Defensoría del Pueblo identificaron lo que se venía en Ica, La Libertad y Piura. A estas alturas y ya con un fallecido, la derogación de la Ley de Promoción Agraria parece inexorable. 

Cuarto, se tiene que agilizar la segunda entrega del bono de emergencia. Han pasado nueves meses desde que comenzó  la pandemia y a duras penas el gobierno ha podido entregar un bono de 750 soles. Urge culminar la segunda entrega y garantizar al menos tres bonos más. Países como Colombia, Chile y Argentina ya van por cinco y seis entregas.

A manera de conclusión, es preponderante que el gobierno retome la iniciativa, para ello es necesario identificar a los aliados y a los enemigos de la democracia peruana. En escenarios de sobrevivencia ya no caben los formalismos, sino los gestos potentes que te permitan nuevamente definir la agenda.

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