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17 noviembre, 2020

[Artículo RPP] Rossana Mendoza: La participación protagónica

En medio de esta crisis escuchamos las voces de niñas, niños y adolescentes que expresan su pensar y sentir, que de ninguna manera son indiferentes, que sienten empatía y merecen todo nuestro respeto. 

Aprendimos desde niños que a los mayores les debemos respeto, lo que nunca nos enseñaron es que a las niñas y niños también les debemos respeto. En la sociedad están instaladas las jerarquías de poder, entre ellas por la edad y en ese sentido los “menores de edad” son considerados “seres en proceso” a quienes se les niega su ejercicio ciudadano. Pero este es solo un discurso predominante y hegemónico. En contraposición, los pueblos originarios tienen formas distintas de entender las etapas de la vida, integrando a sus miembros desde tempranas edades a toda actividad que hace posible la vida misma. Es decir, el lugar de las niñas y niños en sus comunidades está directamente relacionado a lo que son capaces de hacer.

Si bien la Convención sobre los Derechos del Niño (1989) ha introducido cambios importantes en el país para mirar y atender a la niñez y adolescencia incorporando la participación infantil como uno de sus principios, no ha derribado el adultocentrismo ni tampoco ha modificado (afortunadamente) las maneras de “ser niña o niño” en otras culturas. Son los mismos niños, niñas y adolescentes los que han demostrado que su existencia en el presente tiene un sentido transformador como lo estamos viendo hoy en el escenario de crisis política tras la vacancia presidencial.

La Red Infanto Juvenil por el Buen Vivir – REDINJUV PERÚ expresa su desacuerdo con la vacancia presidencial y espera que se respete las manifestaciones frente a estos hechos, y que las autoridades pongan los intereses del país por encima de intereses particulares. Por su parte, el Movimiento Nacional de Niños Trabajadores (MNNATSOP) alza su voz de protesta frente a las injusticias y actos que afectan la democracia y violación a los derechos humanos, expresando su indignación y solidaridad con las niñas, niños y jóvenes que han sido violentados por la policía nacional por manifestarse en las calles. Desde Ayacucho, la Asociación de Alcaldes, Regidores y Líderes Estudiantiles (AARLE) exhorta a la Defensoría del Pueblo y a sus autoridades regionales y provinciales garantizar el ejercicio de sus derechos y que sus pares que participan en las marchas respeten las medidas sanitarias con la consigna: ¡La mascarilla tapará nuestra boca, pero nunca nuestra voz! Y por su parte el Movimiento Secundaria Combativa, que ya venía pronunciándose frente a la vulneración de su derecho a la educación durante la pandemia, se ha declarado en movilización permanente y denuncia la detención arbitraria y las agresiones policiales contra escolares.  

Nada de esto es nuevo, se trata de la “participación protagónica”. El maestro Cussiánovich (2013), a propósito de los movimientos de niñas y niños trabajadores desde hace más de cuatro décadas, dirá que la participación protagónica se refiere a: poder, dignidad, iniciativa, excelencia, solidaridad, encuentro y a la agonía como capacidad de lucha por la vida. En medio de esta crisis escuchamos las voces de niñas, niños y adolescentes que expresan su pensar y sentir, que de ninguna manera son indiferentes, que sienten empatía y merecen todo nuestro respeto. 

 

Lea la columna de la autora todos los viernes en RPP.pe

Sobre el autor:

Rossana Mendoza Zapata 

Docente de la Escuela de Educación de la Universidad Antonio Ruiz de Montoya

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