La vulneración de derechos en mujeres indígenas es mayor que en mujeres no indígenas y en tiempos de pandemia su situación de desigualdad se profundiza. En el Día Internacional de las Mujeres Indígenas repensemos los lugares que deben ocupar en la sociedad actual.
El 5 de setiembre fue declarado el Día Internacional de las Mujeres Indígenas por las Naciones Unidas, con el propósito de llamar la atención sobre su situación y el lugar que ocupan en los movimientos sociales y en los Estados, pero además propiciar políticas públicas que las favorezcan. Este pequeño artículo está dedicado a las muchas mujeres indígenas que hemos perdido durante la pandemia y a las que resisten y luchan día a día.
En diciembre pasado la Defensoría del Pueblo presentó el informe “Situación de los derechos de las mujeres indígenas” que pone en evidencia que es mayor la vulneración de derechos en mujeres indígenas que en mujeres no indígenas, en cuanto a contar con su documento de identidad, acceso a los servicios públicos y a la participación política, pero además con mayor incidencia de maternidad precoz, violencia familiar y sexual. Sin menoscabar que estas situaciones deben ser atendidas por el Estado peruano y denunciando que se han profundizado en el actual contexto de pandemia, es importante destacar su aporte a nuestra sociedad.
Se trata de alrededor de 3 millones de mujeres autoidentificadas indígenas de algún pueblo andino o amazónico en el Perú que están presentes en todo el país y no solo en el territorio de los pueblos originarios, haciendo posible la reproducción y renovación de sus culturas, y que han resistido a las exigencias de la sociedad modernista y avasalladora, manteniendo su lengua y cultura originaria, sus prácticas, conocimientos y tecnologías propias de sus pueblos. Seguir criando la tierra y los animales, ayudar a parir a otra mujer, poner en práctica las medicinas tradicionales, educar a sus hijos en valores andinos o amazónicos, son algunas de las muchas formas en que las mujeres indígenas hacen posible otras formas de vivir la vida.
Son muchas las mujeres indígenas que enfrentan cotidianamente las barreras que existen en nuestra sociedad discriminadora y patriarcal para culminar su educación básica, llegar a la educación superior y ejercer como profesionales, sabiendo que les exigirán hablar en castellano, dejar sus ropas típicas y asumir el comportamiento esperado para las mujeres “modernas”, pero hay muchas formas de resistir y transculturizarse, construirse y deconstruirse, tomando lo mejor que ofrecen las culturas aunque a veces implique dejar las raíces latentes para volver a ellas cuando sea necesario. Lo veo cotidianamente en mis estudiantes becarias en la Universidad Antonio Ruiz de Montoya, orgullosamente quechuas, ampliando los usos de su lengua en su producciones académicas y artísticas, transformando la universidad.
Hace un tiempo conversaba con la doctora Kuymi Tambaco, quichwa ecuatoriana, sobre el feminismo indígena y lo importante que es beber desde esas otras fuentes que procediendo de otras culturas distintas a la suya, ofrecen comprensiones de sí mismas, de sus realidades, de los principios inscritos en sus matrices culturales, para repensar sus lugares en las sociedades actuales, ensancharlos y disputarlos, para que no perdamos la oportunidad de contar con esas otras perspectivas del mundo y del ser mujer ¡Feliz día queridas mujeres indígenas peruanas!
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Sobre el autor:
Rossana Mendoza Zapata
Docente de la Escuela de Educación de la Universidad Antonio Ruiz de Montoya