El aumento de la migración forzada de personas extranjeras en el Perú es una nueva realidad. El país viene albergando cada vez a más personas que deben salir de sus países por diferentes razones, dentro de los cuáles se encuentran refugiados, es decir, personas que “debido a fundados temores de ser perseguida por motivos de raza, religión, nacionalidad, pertenencia a un determinado grupo social u opiniones políticas, se encuentre fuera del país de su nacionalidad y no pueda o, a causa de dichos temores, no quiera acogerse a la protección de al país; o que, no quiera regresar a él”[1]; y, además, solicitantes de asilo[2].
La cantidad de personas que solicitan asilo en el país ha aumentado mucho en los últimos meses debido a la migración de personas de Venezuela que realizan dicha solicitud, de acuerdo a ACNUR. Sin embargo, debemos considerar que existen refugiados y solicitantes de asilo de más de 30 diferentes nacionalidades[3].
Las personas que han tenido que migrar de manera forzada, no solo han enfrentado dificultades y situaciones peligrosas en su país de origen. Adicionalmente, enfrentan una serie de obstáculos para acceder a derechos básicos y lograr una integración en los países receptores, de acuerdo a datos de ACNUR. Esta no es una excepción en Perú.
Un estudio realizado por la Escuela de Psicología de la Universidad Antonio Ruiz de Montoya[4] con refugiados y solicitantes de asilo de 15 nacionalidades distintas, encontró que una gran proporción de estos –y sus familias– tienen dificultades para acceder a oportunidades laborales y servicios básicos, como vivienda, educación y salud. Sumado a esto, 58% de las personas encuestadas reportaron haber sido discriminadas en el Perú, en distintos espacios, como el trabajo, medios de transporte o la calle, siendo la nacionalidad el principal motivo de discriminación.
Frente a esta compleja realidad y considerando que muchas personas que migran incluyen también niños y adolescentes, la pregunta de qué se puede hacer desde las escuelas resulta inevitable. Esta pregunta cobra importancia al considerar que desde el Ministerio de Educación se impulsa la formación ciudadana como un eje central[5], y que esta formación no puede realizarse al margen de las situaciones que se viven en el país. Si bien no existen fórmulas fijas frente a problemáticas tan complejas como esta, aquí comparto algunas ideas de lo que se podría hacer desde cada escuela.
Lea el artículo completo en la revista Educacción, publicado el 10/09/2018
[1]Estado Parte de la Convención de 1951 sobre el Estatuto de Refugiados y su Protocolo de 1967
[2] Aquellos que iniciado la solicitud para ser refugiados.
[3] ACNUR. (2017). Tendencias Globales. Desplazamiento Forzado en 2017. Recuperado de: http://www.acnur.org/5b2956a04.pdf
[4] Cabrerizo, P. y Villacieros, I. (2017). Refugiados en Lima. Características sociales, medios de vida y percepción sobre el estrés de refugiados y solicitantes de asilo en Lima-Perú. Lima: Universidad Antonio Ruiz de Montoya, ACNUR, Encuentros Servicio Jesuita de la Solidaridad. Disponible para descarga gratuita en el siguiente link: https://www.uarm.edu.pe/FondoEditorial/humanidades/refugiados-en-lima#.WpSEUpNubwc
[5] Ver, por ejemplo: http://www.minedu.gob.pe/curriculo/pdf/03062016-programa-nivel-secundaria-ebr.pdf
Sobre el autor:
Patricia Cabrerizo
Docente de la Escuela de Psicología de la Universidad Antonio Ruiz de Montoya