9 noviembre, 2017

[Entrevista] “El discernimiento es condición indispensable para estar en la vida”

Jenny Mori León, RSJ, jefa de la Oficina de Pastoral Universitaria de la Ruiz

La edición n. 47 de la Carta de Ausjal está dedicada a la pastoral universitaria. Son 64 páginas en donde se reflexiona sobre el acompañamiento educativo, espiritual y social de las universidades Ausjal. Jenny Mori León, RSJ, jefa de la Oficina de Pastoral Universitaria de la Ruiz nos explica en qué consiste este servicio, la esencia del apostolado intelectual y cómo se entiende el discernimiento en esta casa de estudios, tanto en la vida personal como en la profesional.

Quienes no conocen la pastoral podrían asumir que es un espacio solo para católicos, ¿Con qué fin se crea?

Hay personas que creen que la pastoral es solo reflexionar cosas religiosas. Sin embargo, la propuesta de Ausjal es más amplia. En primer lugar, involucra a toda la comunidad universitaria. Esto significa que hablar de la Pastoral, en una universidad jesuita, es más que hablar de una oficina, se trata de una misión conjunta de toda la comunidad que tiene la espiritualidad ignaciana como elemento que la  sustenta y enriquece. La Pastoral tiene que ver con la atención o servicio que contempla la relación con Dios, los otros y la creación.

¿Qué relación existe entre Pastoral y el eje formativo de las universidades Ausjal?

La pastoral debemos entenderla como un servicio evangelizador, como un elemento esencial en el apostolado intelectual. El padre general, Arturo Sosa, SJ, en su visita a nuestra universidad, nos expresó que el apostolado intelectual es central en la misión de la Compañía de Jesús. Manifestó que la “labor intelectual es apostolado si se hace con profundidad, apertura al mundo y orientada a la justicia social y la reconciliación entre las personas y con la creación.  Siempre en diálogo con otros creyentes y no creyentes. Aceptando con alegría la riqueza de la diversidad cultural.”

¿Cómo han ido cambiando las acciones de la Pastoral Ruiz para promover la dimensión espiritual?

Durante estos años se ha ido haciendo camino para ir dando a conocer y promover la espiritualidad ignaciana a través de espacios de reflexión, oración y actividades dirigidas a la comunidad universitaria. Actualmente, estamos trabajando de manera colaborativa tanto a nivel interno y externo con otras obras de la Compañía. La oficina forma parte del área del Medio Universitario y trabajamos en equipo. Se ha iniciado hace algunos años el diseño de un modelo educativo en donde la espiritualidad ignaciana atraviesa toda la propuesta formativa tanto para el personal docente como para los estudiantes.

En un mundo casi obsesionado por el éxito y por la felicidad ¿Cómo logramos concitar el interés de los jóvenes por el servicio común?

En la Ruiz, una de las actividades que más congrega a nuestros estudiantes creyentes o no creyentes es el Voluntariado Magis. Aunque pareciera que el éxito y la felicidad es lo que más los atrae, los jóvenes son conscientes que eso no lo es todo y, por ello, están en búsqueda y los vemos insatisfechos. Este servicio, sin embargo, sin acompañamiento puede caer en un mero activismo sin profundidad. El reto es acompañarlos desde la espiritualidad ignaciana a un camino más reflexivo y de discernimiento que los lleve a un compromiso con ellos mismos y su sociedad.

La reciente Carta de Ausjal pone énfasis en la “dimensión espiritual en lo académico”, ¿Cómo entendemos desde la Ruiz el discernimiento?

Como una condición indispensable para estar en la vida. El camino para ser testigos de la justicia y la reconciliación, tan necesaria, en nuestro país, la construimos en solidaridad, de manera colaborativa y en redes. Para el logro de todo ello reconocemos la necesidad de estar atentos a la realidad que nos interpela, a escuchar el clamor de los más vulnerables y los excluidos y de contemplar con los ojos de Dios el mundo para actuar desde dentro y responder de manera creativa.

¿Cuál es el nivel de incidencia de los estudiantes de la Ruiz?

Han mostrado su compromiso de diferentes maneras. Ante el fenómeno El Niño costero tuvimos un buen grupo de jóvenes y personal de la institución que apoyaron en diferentes espacios de voluntariado organizados por el Estado, organizaciones privadas y obras de la Compañía. De igual manera participaron en eventos de producción intelectual sobre la realidad de los migrantes, fue bueno y alentador. Así tenemos muchos casos que compartir. Sus esfuerzos han incidido no solo dentro de nuestro claustro universitario, sino en ámbitos externos a través de su contribución reflexiva y de servicio.