Ante la posibilidad de una nueva elección para el Congreso, el mayor número de votos sería conseguido por Fuerza Popular. No se trata de una novedad sino de una realidad que en gran parte se debe al hecho de contar con una estructura organizada que es capaz de movilizar voluntades y entusiasmar a una parte considerable del electorado.
Alberto Fujimori logró durante su gobierno barrer con la clase política, pero mientras hacía el trabajo de demolición y desplegaba la antipolítica como novedad, construía con su presencia –en cada rincón de un país que había estado mucho tiempo olvidado por el centralismo limeño- una nueva opción política con gestos que venían acompañados de la concreción de ciertas promesas: posta médica, escuela y caminos. El “chino” hizo política y conectó con el electorado dejando un legado que hasta hoy subsiste y una lección que en política no debe nunca olvidarse.
La existencia de una opción como Fuerza Popular es una rareza dentro de un sistema político raquítico sin estructuras donde se destacan algunas figuras con sellos partidarios pero que aparecen en la consideración popular por ser caras nuevas para ciudadanos que buscan alternativas sin pasado. Las figuras que aparecen detrás de los hermanos Fujimori, Guzmán, Mendoza y Barnechea van a necesitar más si es que aspiran a lograr convertirse en una opción real de gobierno con posibilidad de impulsar cambios desde del poder.
Publicado en: La República – 23/09/2017
Sobre el autor:
Santiago Mariani
Docente de la Escuela de Ciencia Política de la Universidad Antonio Ruiz de Montoya