Un reciente Informe Especial (SR15, por sus siglas en inglés) del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático confirma que la meta convenida en el Acuerdo de París (AP) no es suficiente para estabilizar la temperatura promedio del planeta y evitar los efectos adversos de este fenómeno. El AP propuso que la temperatura global promedio para fines del siglo no superase los 2°C respecto de la era preindustrial e incorporó como recomendación no vinculante una meta más ambiciosa a fin de que ese aumento no superase los 1.5°C.
Actualmente, con una temperatura promedio global de1°C por encima del nivel preindustrial, ya se observan efectos sin precedentes como incendios forestales en el Ártico. Sobre la base de 6 000 estudios científicos analizados, el SR15 estima que el incremento en 2°C hará que el déficit de agua afecte al doble de personas que si el incremento fuera de 1.5°C. Además, duplicará la pérdida de recursos pesqueros, por citar solo dos de los numerosos impactos relevantes para el Perú.
Un principio económico establece que los costos que se evitarían al conseguir 0.5°C menos de incremento (con lo que esto implica para la población mundial) deben ser vistos como los beneficios de la inversión requerida para llevar a cabo las acciones de adaptación al cambio climático. Para alcanzar la meta más ambiciosa (no superar los 1.5°C de incremento de temperatura y evitar los costos asociados), el SR15 recomienda invertir en la protección de los bosques y la reforestación intensiva, así como cambio de la matriz energética hacia fuentes renovables.
Las posiciones frente al informe son diversas. El presidente de los EE. UU. ya anunció su retiro del AP. Otros países cuentan con medidas para reducir sus emisiones, pero aún tienen una agenda pendiente. Gran Bretaña continúa subsidiando los combustibles fósiles y mantiene la prohibición al uso de energía eólica en sus costas, el gobierno australiano se ha pronunciado con desdén sobre las negociaciones climáticas globales y “demás tonterías” y ha reafirmado su decisión de seguir explotando carbón (mineral), mientras Alemania propone la extracción de este recurso a costa de un bosque muy antiguo y rico en biodiversidad dentro de su territorio.
El gobierno chino, por su parte, albergó con entusiasmo uno de los encuentros en preparación del SR15. En nuestro continente, el nuevo presidente del Brasil, Jair Bolsonaro, comparó en el 2017 los territorios de la Amazonía entregados a pueblos indígenas (custodios ancestrales del bosque) con zoológicos.
La ciencia ya hizo su parte. Corresponde a los líderes políticos que se reunirán en la COP24 a fin de año tomar las acciones para atender al llamado urgente del IPCC. Y corresponde a todos ejercer nuestra ciudadanía global demandando que tal llamado sea atendido con la urgencia que amerita la obligación moral de defender un bien público global, como el clima del planeta.
Artículo publicado en El Peruano el 06/11/2018
Sobre el autor:
Jorge O. Elgegren
Director de la Escuela de Economía y Gestión Ambiental de la Universidad Antonio Ruiz de Montoya