Hace unos días me comentaban que un productor había propuesto realizar una serie de presentaciones escénicas en algunos parques en un determinado distrito. La propuesta se daba en consonancia con el mayor aforo y seguridad sanitaria necesarias en estos tiempos de COVID-19. Recibió la autorización, pero debía ofrecer el espectáculo en un espacio cerrado para una corta temporada. Esta historia me hizo reflexionar sobre el uso que le damos al espacio público y cuál es el vínculo que hemos establecido.
Si bien es cierto, en este momento, el aforo en salas es de 50 %, la oportunidad de convocar al público al parque, a la plaza, al anfiteatro, me parece invaluable. A lo largo de estas semanas se han dado varios espectáculos al aire libre y el público ha respaldado las propuestas con su masiva asistencia cumpliendo con todos los protocolos. El espacio abierto puede ser una gran oportunidad para el retorno seguro y, además, una gran oportunidad para encontrar nuevas audiencias. No le pedimos al público que vaya a algún lugar para disfrutar de un concierto, sino que los encuentre cuando sale de casa, a unas pocas cuadras ¿No sería una forma de acercarnos?
Ferrán López, especialista español en temas de públicos para la cultura, asegura que los gestores culturales tienen que considerar tres condiciones para el retorno: un menor interés dada la inestabilidad política, económica y social, la crisis económica y la reducción de aforos. Todo esto hace pensar que hay que llegar a las audiencias de otras maneras, con otras estrategias.
En estas estrategias los grandes socios deben ser los gobiernos locales. Ellos son los responsables de lo que puede presentarse en las lozas deportivas, los parques, las plazas y la responsabilidad va más allá de los permisos y autorizaciones, es muy importante la decisión política para promover desde las oficinas de Cultura y desde allí, involucrar a otras dependencias como Seguridad Ciudadana y de Participación Vecinal. Y a ellos puede sumarse el sector privado como una forma de llegar al público de la comunidad en la que acciona. De esa manera artistas, gestores culturales, la sociedad civil y funcionarios podrán generar toda una red organizada que nos devolverá al espacio primigenio de la ciudadanía, la plaza pública.
Sin embargo, para que esto ocurra deben darse una formación especializada para entender esta necesidad de esta articulación. Hace unos días se publicaron los resultados del estudio a nivel nacional “Hacia el diseño de un plan de recuperación al 2030: Diagnóstico sobre el impacto del Covid 2019 en las Industrias Culturales y Artes” y uno de los desafíos detectados fue la urgencia de fortalecer a los gobiernos locales. En ese sentido, Unesco junto a Servir inició la segunda edición del curso de formación en temas de gestión cultural pública. Una interesante iniciativa que esperamos logre buenos resultados.
Artículo publicado en el diario El Peruano 19/08/21
Sobre el autor:
Carina Moreno
Coordinadora del Diplomado de Gestión Cultural de la Universidad Antonio Ruiz de Montoy