En marzo pasado cuando todo cerró. La primera reacción del gremio cultural peruano fue la estupefacción ¿Y ahora qué hacemos?, fue la pregunta que siguió al estupor. La respuesta llegó de a pocos, a manera de aprendizaje y descubrimiento. Primero algunos espacios comenzaron a difundir espectáculos que habían sido registrados previamente. Fue una primera forma de mantener el contacto con el público y acompañarlo en el encierro. Luego lentamente se aventuraron a otros medios: puestas escénicas registradas o “actuadas para la cámara” y recorridos virtuales por museos y galerías.
El vídeo, la trasmisión en directo y una serie de plataformas, así como las redes sociales motivaron una exploración en los artistas y se fueron logrando experiencias como “Pausa o cómo me preparo para el fin del mundo” del colectivo Tubo de Ensayo que fue la primera puesta diseñada y actuada para la virtualidad apenas en abril 2020. Vendrían luego otras propuestas que utilizarían lo audiovisual como un recurso más. Una propuesta muy interesante fue la ópera contemporánea “Eclipse”, escrita por la dramaturga y poeta Maritza Núñez que fue compuesta por 15 jóvenes músicos y contó con las voces de dos cantantes líricas y la participación de una bailarina. Esta puesta fue difundida a través de las redes sociales de la Universidad Nacional de Música.
Con el tiempo aparecerían plataformas como Tevi, Joinnus y TLK play y nos acostumbramos a los conciertos, espectáculos, funciones “teatrales” que podíamos ver en la virtualidad. Esta explosión del arte “virtual” en el 2020 motivó diversos estudios sobre la reacción del público y el consumo cultural en la virtualidad.
Es importante recordar que al inicio las propuestas se difundieron de manera gratuita, pero luego se ofrecieron a precios que representaban el 20 o 30% del que hubieran podido tener en momentos pre pandémicos.
Los estudios en Perú
En abril 2020 en el Perú se desarrolló un interesante informe, realizado por la Asociación Playbill, sobre el impacto de la pandemia en el medio escénico que concluyó con una serie de datos: un total 2310 profesionales se vieron afectados y se cancelaron 3142 funciones. Asimismo, se desembolsaron más de un millón de soles en gastos de producción que no se recuperarán.
Por su parte, el Gran Teatro Nacional del Perú realizó un estudio sobre el consumo de las propuestas que había, de manera gratuita, difundido en sus plataformas. El resultado se presentó en junio pasado y entre otras conclusiones, destaca la participación, en un 54%, de los hombres frente a un 46% de mujeres. Respecto a la edad, el grupo mayoritario (62%) fluctúa entre los 18 y los 34 años y otro aspecto a destacar es que sigue siendo Facebook (58.5%) el medio por el que el público se entera de las actividades del GTN. La virtualidad ha permitido que sus propuestas puedan ser disfrutadas por audiencias ubicadas en Tacna, Piura, La Libertad, Arequipa, Cusco y Lambayeque y más allá de las fronteras en España, Estados Unidos, México, Argentina y Colombia.
Es importante entender que el consumo cultural ha cambiado con la pandemia y que las estrategias para alcanzar al público han tenido que cambiar y, por lo tanto, hay que entender cómo se entera de la oferta, qué es lo le interesa y cómo accede a él. Este primer informe es un gran paso para comprender cómo se comportan las audiencias en el Perú.
En otras latitudes
La Unidad de Programación y públicos del Ministerio de Cultura de las Culturas, las Artes y el Patrimonio de Chile presentó a fines del 2020 un informe sobre el consumo cultural en ese país. Entre las conclusiones a las que llegaron fue que el 69,3% del público de la cultura son mujeres y 28,5% son hombres.
A nivel de edades, el grupo con mayor presencia (27,0%) se encuentra entre los 35 y los 44 años y el siguiente grupo (22,7%) entre los 25 y los 34 años. Del total de la muestra, el 46% pagó por acceder al contenido cultural y el 52,4% declaró haber accedido a contenido con mayor frecuencia que antes de la pandemia y plantea seguirlo haciendo cuando ésta concluya.
En torno a las motivaciones, el 36,7% declaró que consumía contenido cultural “por salud mental”. Esta es la primera vez que, desde el público, esta causa aparece en los estudios, lo que nos habla de la toma de conciencia respecto a los beneficios del consumo cultural.
Pero quizá lo más interesante sea que sólo el 27,2% acudirá a actividades presenciales una vez levantada las prohibiciones, mientras que el 38,1% planea esperar entre 1 y 6 meses para volver. El 0,9% no volverá.
Desde los artistas y las organizaciones
Por su parte, la Fundación Contemporánea y La Fábrica presentaron en enero pasado el Observatorio de la Cultura en España 2020 y analizaron desde la perspectiva de las organizaciones, la vida cultural en ese país. Es importante considerar que en Europa ya se dio la segunda ola y ya se encuentran en proceso de vacunación.
Por ejemplo, el 7,9% de las organizaciones culturales no han logrado retomar sus actividades, mientras que el 57,1 ha logrado recuperar completamente su programación y el 31,6% ha replanteado sus actividades luego del cierre por pandemia y las ha llevado adelante. Los artistas independientes son quizá quienes han visto paralizadas de manera indefinida sus actividades o no las han recuperado de manera sustantiva.
A nivel del público, solo el 8,9% ha logrado recuperar al mismo público luego de la pandemia. Mientras que el 80,7% de las organizaciones tiene menos público por limitaciones de aforo y el 19,3% declara que en las mismas condiciones previas a la pandemia cuenta con un porcentaje menor de público.
Respecto a la economía del sector, éste se ha visto reducido en un 29%.
A manera de conclusión
Luego de esta rápida revisión no sólo en Perú sino en otras latitudes podemos concluir que el sector de la cultura y de las artes es uno de los más golpeados con la pandemia y que la virtualidad se ha convertido en una posibilidad que permanecerá entre nosotros más allá del fin de la pandemia.
Pese a algunas reticencias iniciales, los artistas han tomado las redes sociales y a los medios digitales para expresarse, aún con las limitaciones y la frialdad de la pantalla. El resultado ha modificado para siempre los medios y el consumo cultural. La virtualidad llegó para quedarse.
Bibliografía
Consulta Online – Públicos y Covid19 (2020), Ministerio de las artes, las culturas y el patrimonio, Chile.
GTN en vivo: perfiles de público y visionado de experiencias escénicas (2020), Ministerio de Cultura del Perú y Gran Teatro Nacional.
La cultura de España en el 2020 (2021) Observatorio de la Cultura, La Fábrica
López, Ferrán (2020) Públicos de la pandemia ¿una nueva realidad?, Ministerio de las artes, las culturales y el patrimonio, Chile.
Artículo publicado en la Revista Ideele N°296. Febrero 2021
Sobre el autor:
Carina Moreno
Coordinadora del Diplomado de Gestión Cultural de la Universidad Antonio Ruiz de Montoy