El Papa Francisco siempre deja mensajes de acuerdo a la realidad del país que visita. Por ello es muy importante, escuchar, leer y especialmente reflexionar sobre lo que nos va a decir a los peruanos y peruanas.
Los contextos son muy significativos: Trujillo que simboliza el sufrimiento de las personas que fueron afectadas por las inundaciones del niño Costero del año 2017 y que esperan aún el apoyo para reconstruir sus vidas.
Muchos agricultores perdieron sus tierras de cultivo en las 11 regiones declaradas en emergencia, es decir, perdieron su fuente de trabajo; también los pobladores de caseríos ya no tienen alcantarillado, ni pistas, ni casas, ni sus pequeños negocios.
Después de las inundaciones vienen las enfermedades y aumenta la mortalidad, especialmente la infantil. El dengue, la malaria, la Chikungunya y Leptospirosis han ocasionado estragos en la salud de los damnificados. Adicional a esto, los servicios de salud no han sido totalmente recuperados para que el personal pueda atender a las personas en forma adecuada.
En octubre del año pasado, algunos diarios informaban al público que las obras de reconstrucción no se habían empezado y que existían enfrentamientos entre los gobernadores y el director de la Autoridad para la Reconstrucción con Cambios (ARCC), Pablo de la Flor, quien finalmente renunció y fue reemplazado por Edgar Quispe en noviembre y como en un mal cuento “así pasaron los meses” y la reconstrucción no avanzaba.
Uno de los apoyos que se ha anunciado ha sido el bono de 500 soles ofrecido por el gobierno. Según comentarios leídos, para las familias damnificadas parece que recién será entregado en febrero de este año. Espero que no ocurra lo mismo que sucedió con el bono de la reconstrucción por el terremoto del 2007, hay que acordarse que la Comisión Investigadora del Congreso de la República reveló que, en muchos casos no se otorgó el bono a los jefes de familia empadronados por el Instituto Nacional de Defensa Civil (Indeci) sino a personas que jamás figuraron en la lista de beneficiarios. Se comprobaron actos de corrupción y un aprovechamiento indebido en las obras de reconstrucción, en más 300 funcionarios involucrados.
El otro lugar que visitará es Puerto Maldonado, lugar que parece tierra sin esperanza. Madre de Dios, junto a Lima y Loreto, es una de las tres regiones que reportan la mayor cantidad de casos de explotación sexual y trabajo infantil. Esta región es además una de las que tiene más alta tasa de homicidios del país según el INEI.
Las jornadas de trabajo laboral para los que trabajan en minería pueden alargarse hasta 14 horas diarias, sin derechos sociales, ni protección a su salud.
Las mujeres pobres atraídas por el pago, muchas veces con engaños, caen en redes de explotación sexual y terminan siendo esclavas de los patrones de la zona.
Una visita especial al hogar “El Principito” albergue para niños, niñas y adolescentes que han sido víctimas de violencia física, sexual y psicológica nos señala la realidad de este grupo humano que tiene que afrontar circunstancias difíciles que los marcarán toda su vida.
El Papa Francisco realiza esta visita a una parte de la Amazonía por ser uno de los lugares que requiere, un cuidado especial, por su enorme importancia para el ecosistema mundial. Considera, y lo ha dicho en muchas ocasiones, que la defensa del medio ambiente debe tener prioridad, para evitar problemas tan graves como el cambio climático, así como se necesita tomar decisiones para compatibilizar un desarrollo que tenga como prioridad el cuidado del medio ambiente.
La contaminación de los ríos por la extracción del oro en las peores condiciones unido a la deforestación que llega a 70 mil hectáreas de tierras sin que se note un gran avance en eliminar este tipo de atentado contra la naturaleza y el medio ambiente a lo que se une la violencia que impera en la zona, a las condiciones en las que viven las personas, con viviendas precarias, sin servicios básicos.
Uno de los hechos más significativos en esta visita a Puerto Maldonado es su encuentro con líderes de comunidades nativas para dialogar sobre las dificultades que tienen para proteger su entorno y a los jóvenes a quienes los depredadores corrompen con dinero. Se reunirá con 3 mil 500 nativos. Ellos llegarán desde Iquitos, Requena (Loreto), Jaén (Cajamarca), Yurimaguas (San Martín), San José (Amazonas), Pucallpa (Ucayali) y San Ramón (Junín). A ellos se agregarán líderes de Brasil y Bolivia.
Las lecciones que podrá dejarnos a los peruanos el Papa Francisco es, me imagino, porque no lo sé con certeza, que abramos más los ojos a lo que ocurre a nuestro alrededor; que podamos sostener en los momentos de desastre la solidaridad de los primeros días a los meses venideros que son peores para la gente que es afectada y que seamos vigilantes de lo que ocurre para que meses después no nos sorprenda la noticia de que se ha hecho muy poco por los que perdieron todo.
De igual manera, espero que el Papa nos impulse a retomar nuestro cuidado de la naturaleza y a apoyar a los que viven en la Amazonía que diariamente tienen que afrontar la invasión de sus tierras, el aprovechamiento y la destrucción de ellas así como la violencia de los que tratan de conseguir sus fines a cualquier precio.
Deseo también que su voz sea escuchada por todos aquellos que se sienten comprometidos no sólo con nuestro país sino que buscan contribuir con la defensa de nuestro mundo de la depredación.
El después también nos toca a todos, porque después de escuchar y reflexionar es prioritario determinar de qué manera podemos contribuir a hacer de nuestro país parte de ese mundo mejor. Tomar conciencia de lo que ocurre y sentir como si nos pasara a nosotros para poder actuar, eso sería el mensaje principal.
Este artículo fue publicado el 13/01/2018 en el diario La República
Sobre el autor:
Eva Boyle Bianchi.
Coordinadora del Instituto de Fe y Cultura de la Universidad Antonio Ruiz de Montoya