15 enero, 2018

[Artículo] Francisco: a la escucha del mensaje

           Esta es la semana de Francisco. Visitará Puerto Maldonado, Trujillo y este domingo se reunirá en Lima con los que lo quieran acompañar en la Eucaristía de la Base Aérea de Las Palmas. Todos estamos invitados a participar. ¿Estamos preparados para recibirlo? Francisco nos puede sorprender. Con su palabra, con su mensaje, con sus gestos. Nos puede sorprender, claro, solo si nos dejamos sorprender.

Hay personas que, como dice el Evangelio, “tienen ojos pero no ven; oídos pero no oyen” (Mc 8,18). ¿Qué los hace sordos y ciegos? En primer lugar: quedarse solo en lo anecdótico, en lo curioso de la visita, en aquellos detalles secundarios que, a la larga, se perderán en el olvido. En segundo lugar: dejarse deslumbrar por el personaje sin considerar su mensaje. El papa aparece como uno más de los “celebrities” que nos visitan de vez en cuando. La emoción sin razón lo convierte en un ser mágico, cuasi divino; de ese modo, se esquiva la profunda humanidad de Francisco. La actitud que menos ayuda es la del “peor sordo”, los que no quieren oír. Solo escucharán lo que les gusta o les conviene o lo que pueden utilizar para sus propios fines distorsionando el mensaje. No se dejarán sorprender.

La visita puede cambiar vidas si se sabe “ver” y “oír” bien. Captar el mensaje de fondo. ¿Qué significa, por ejemplo, haber optado por Puerto Maldonado y Trujillo? ¿Qué dirá a los pueblos indígenas con los que él ha querido reunirse? ¿Por qué ha convocado una Asamblea Especial de Obispos el 2019 para tratar los problemas de la Pan-Amazonía (conformada por nueve países que comparten la cuenca amazónica y en la que habitan 35 millones de personas, más que todo el Perú)?

¿Qué dirá en Trujillo sobre la crisis que provocó la falta de previsión ante el fenómeno El Niño costero? ¿Nos recordará -como indica su Encíclica Laudato Si´- que no hay dos crisis una social y otra ambiental sino una sola que es socioambiental? ¿Nos dirá, por ejemplo, que tan desastrosas son las consecuencias de El Niño costero como el drama social de una ocupación irregular de los cauces secos de los ríos o de la precariedad de la economía informal en que se mueve la mayoría de los peruanos?

Y en Lima, ¿nos hablará de perdón como lo hizo en Colombia? ¿Nos volverá a decir que no hay reconciliación posible sin el debido respeto al derecho de las víctimas? ¿Qué significa el lema escogido “unidos por la esperanza” en un país polarizado políticamente? ¿Cuál es el rol de los jóvenes en la lucha anticorrupción, esa lacra social de la que nos ha hablado en otras ocasiones? ¿Cómo los invitará a prepararse para el Sínodo de la Juventud y para la Jornada Mundial, eventos que se desarrollarán en los próximos meses? Finalmente, ¿qué le dirá a nuestra Iglesia en el año en que cumplimos el 50.° aniversario de la Conferencia de Medellín?

Francisco tiene mucho que decirnos. Preparémonos a dejarnos sorprender.

Este artículo se publicó el 15/01/2018 en El Peruano