Aunque la OMS no puede afirmar que la COVID-19 tiene su origen en animales, lo está investigando. Y lo hace porque la ciencia tiene datos de causas probadas del origen animal sobre otros virus de la familia de los coronavirus. Sobre una base de registros de casi un siglo, el Programa de la Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) ha reportado la tendencia creciente de la ocurrencia de enfermedades vinculadas a los coronavirus. Este programa, menos conservador que la OMS, afirma que sí se transmiten entre animales y seres humanos. Según esta misma fuente, los seres humanos al alterar tan dramáticamente los ecosistemas, debido a nuestro estilo de vida, hemos reducido el hábitat de la vida silvestre y degradado las líneas que lo separan de los asentamientos humanos. Además, indica que el cambio climático es un factor que acelera los coronavirus, al afectar los niveles de humedad y temperatura haciéndolas más propicias para los microbios.
No solo la ciencia se ha manifestado respecto a cómo los seres humanos afectamos el planeta y sus ecosistemas. Cinco años atrás, la primera encíclica sobre los problemas ambientales, magistralmente escrita por el papa Francisco, vio la luz. Contra lo que mucha gente pudiera creer, Laudato Si' no es solo un documento teológico. La encíclica se nutrió de los más avanzado del estado del arte de diversas disciplinas, no solo de las ciencias naturales y ambientales, sino también de las ciencias sociales. El tercer capítulo es una indagación sobre las causas de la crisis ambiental. Pone al ser humano en el centro del debate ambiental a la vez que señala al excesivo antropocentrismo como una de las causas principales de la delicada salud de los ecosistemas. Pone, también, de relieve que, sin haber sido causantes de la crisis ambiental, son los pobres son los más vulnerables ante tal crisis.
En el capítulo cuarto, el Papa señala que todos los problemas que afectan al planeta son manifestación de una sola y compleja crisis socioambiental. Insiste en que no hay dos crisis separadas, una ambiental y otra social. Tratándose, por lo tanto, de un problema multidimensional, se precisa un abordaje integral (una Ecología Integral) para combatir tanto la degradación ambiental como la pobreza, devolviendo dignidad a los excluidos. Queda claro que el mensaje de Laudato Si' sigue tanto o más vigente que cuando se publicó, en el 2015.
Y la naturaleza nos muestra que sí puede reaccionar positivamente si dejamos de explotarla como lo veníamos haciendo en el periodo prepandemia. Las emisiones de CO2 se redujeron en 25 % solo durante las dos primeras semanas del confinamiento en China. En nuestro país, no solo se han reducido las emisiones de los gases causantes del calentamiento global, sino que durante la segunda semana de confinamiento se obtuvo mediciones extraordinariamente bajas de contaminantes causantes de enfermedades respiratorias y cardiovasculares.
Artículo publicado en el Diario Oficial El Peruano el 28/05/2020
Sobre el autor:
Jorge O. Elgegren
Director de la Escuela de Economía y Gestión Ambiental de la Universidad Antonio Ruiz de Montoya