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17 agosto, 2020

[Artículo] Mirtha Villanueva: Los sentidos de educar en pandemia

El final del semestre fue una buena oportunidad para que evaluemos los esfuerzos y los sentidos de continuar el servicio educativo en medio de una emergencia tan grave. La pandemia y su alto riesgo de contagio nos llevó a virar hacia la modalidad de la educación a distancia. Se levantaron voces señalando que los aprendizajes y logros eran cuestionables. Desde lo socioeconómico, vimos que la brecha que marcan las situaciones de pobreza y desigualdad se hicieron más evidentes porque la educación a distancia exige conexión a internet y tecnología que muchos no tienen.

En estos cuestionamientos hay otros actores: la plana docente. Además de equipamiento y conexión, debieron manejar aplicaciones, programas, creatividad e histrionismo. Para algunos significó estrés, ansiedad, lumbalgias y dolores de cabeza. Para otros, el desplazamiento por cumplir sus responsabilidades, trajo contagio y muerte, sumándose a la lista de peruanos víctimas de la COVID-19.

En esas condiciones, nos preguntamos por los sentidos ¿Por qué no bajar los brazos? En un diálogo, el P. Ernesto Cavassa SJ, director nacional de Fe y Alegría, recordó que el primer sentido es el de la resistencia, el no rendirse. Viene de la mano del segundo: la reinvención. Cada día vemos respuestas creativas frente a la imposibilidad de vernos, de circular por la calle y de trabajar. El tercer sentido lo identificamos al recordar las imágenes del primer día de clases: niños con uniforme sentados frente al televisor o con su radio en una pampita que permitiera conexión ¿Por qué para estas familias es tan importante y significativa la educación de sus hijos?  ¡Porque les dice que forman parte de algo mayor! Les dice que no están solos con su problema y que aún en medio de esta desgracia, hay sistemas institucionales, hay “alguien” que sostiene su apuesta: la educación de sus hijos. Y esa es la razón por la cual un estudiante en el interior de Ucayali, Ayacucho o Huancavelica, ha enfrentado su semestre solo con su teléfono celular y una conexión pésima, pero ¡lo ha hecho! Por supuesto que queremos otras condiciones y la heroicidad no es tal, sino que es signo de la gran desigualdad con la que algunos peruanos desarrollan su vida y sus sueños. Muchos estudiantes, tuvieron docentes tutores que los sostuvieron material y emocionalmente para sobrevivir y reinventarse. Este sentido es el de soporte: para los niños, los jóvenes e inclusive las familias. Y uno cuarto está referido al origen: educarse implica fe y esperanza proactiva. El quinto sentido deriva de no permitir que la lucha que dan médicos, enfermeras, y servidores públicos sea en vano, por ello es el de la gratitud.

Estos sentidos nos motivan para la urgente tarea ciudadana de exigir el fortalecimiento de la educación pública y a no cesar en el esfuerzo de brindar una educación de calidad y con el acompañamiento que cada estudiante merece.

 

Artículo publicado el 13/08/2020 en el Diario Oficial El Peruano

Sobre el autor:

Mirtha Villanueva

Especialista en tutorías de Formación Continua de la Universidad Antonio Ruiz de Montoya

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