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30 octubre, 2017

[Artículo] Política subnacional y poderes ilegales. El caso del Callao

       En este artículo presento la compleja convivencia y relación entre los grupos criminales del Callao (cada vez más poderosos) y el movimiento político Chim Pum Callao (que mantiene su hegemonía política); y cómo ello plantea serios retos en la construcción de un Estado democrático a nivel subnacional. No necesariamente es una coincidencia que ambos actores hayan alcanzado estos niveles de fortaleza y consolidación; de hecho, el análisis de ambos fenómenos sugiere que se desarrollaron casi paralelamente. Por un lado, Chim Pum Callao encontró un aliado importante en estos grupos para afianzar un dominio en la población chalaca, pues los votos de la coyuntura electoral no bastan y suelen ser volátiles en un contexto de democracia sin partidos. Hay que cuidarlos día a día. Esto se logra con políticas públicas, claro está, pero también «enseñando los dientes» a quien se atreva a tratar de arrebatarlos. Así, podemos señalar que el caso del Callao muestra una combinación de gestión pública, el manejo de «la calle» y la neutralización del rival político. Por otro lado, para estos grupos del hampa, la cercanía con el poder político ayudó a su crecimiento y expansión. Si bien debemos reconocer que Chim Pum Callao ha sabido construir una burocracia medianamente eficiente, lo que le ha permitido tener buenos desempeños en algunos aspectos de la gestión pública, el déficit mayor estaría en el tema de la corrupción y en su relación con la ciudadanía, lo cual no ayuda a la consolidación de nuestra democracia.

Este texto tiene como base trabajos previos que he venido desarrollando (Rojas 2015, Rojas 2016). Entre el 2010 y 2016 he llevado a cabo numerosas entrevistas a políticos, funcionarios, trabajadores y ciudadanos chalacos en general. Por motivos de cautelar la identidad de los informantes vamos a utilizar seudónimos

Maridaje chalaco: cuando la política y el crimen juegan en pared

 Durante los últimos años en el Callao, la violencia se ha incrementado en todas sus formas, desde asaltos a transeúntes hasta extorsiones a empresas y ajustes de cuentas a través de los temidos sicarios. ¿A qué se debe toda esta violencia que es cada vez más común en los barrios del Callao? La razón principal estaría en el cobro de cupos a las empresas de construcción y al control de la entrada y salida de drogas ilegales. Hasta hace algunos años, las distintas bandas se ponían de acuerdo para poder entrar con una sola propuesta a cobrarles cierta cantidad de dinero, por «seguridad», a las distintas empresas de construcción.

Sin embargo, poco a poco, el poder se concentró en un solo grupo, liderado por Gerson Gálvez Calle, alias «Caracol», de la organización criminal Barrio King, la cual se encargaba de los cupos y del narcotráfico. El grupo estaba en vías de convertirse en un poderoso cártel peruano de droga, pues ya contaba con redes de contactos en el extranjero. Por ende, las demás bandas del Callao estaban subordinadas a negociar su participación y parte del botín con «Caracol»

Artículo completo publicado en Revista Argumentos, Edición N° 2, Año 11, 2017

Sobre el autor:

José Carlos Rojas

Coordinador académico del Instituto de Ética y Desarrollo (IED) de la Universidad Antonio Ruiz de Montoya

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