22 junio, 2021

[Artículo RPP] Alonso Cárdenas: Pedro Castillo y la espada de Damocles

¿Qué le espera a Castillo luego de la segunda vuelta? Debería tomar nota de las lecciones de Cicerón, y reconocer que hay varias espadas de Damocles sobre su posición de poder.

Cuenta el historiador Marco Tulio Cicerón que Damocles era un cortesano del rey Dionisio I. Este era conocido por su gobierno tiránico y tenía fama de ser sumamente cruel. Damocles buscaba el favor del Rey adulándole constantemente. Un día Dionisio I, cansado de los halagos y lisonjas de Damocles le ofreció un trato, le dijo que le concedía ser rey por un día, Damocles aceptó encantado. La ansiada fecha llegó y Damocles vivía un sueño, regocijándose  con todas las riquezas del palacio. Disfrutó de la mejor música, platos exquisitos y exóticos, mujeres bailando para él.

Sin embargo, cuando estaba sentado en el trono, alzó los ojos hacia el techo y vio algo que lo intranquilizó. Sobre su cabeza colgaba una espada muy afilada, que apenas estaba sujeta con una crin de caballo, por lo que en cualquier momento podría romperse y terminar con su vida. A partir de ese momento, Damocles fue incapaz de disfrutar de los placeres que le ofrecía el palacio. La metáfora que nos enseña Cicerón es que todas aquellas personas que ostentan una posición de poder están bajo amenaza de un peligro inminente y cercano. Por ende, uno de los significados de esta historia es la fragilidad de las posiciones de mando o autoridad.

Pedro Castillo debería tomar nota de las lecciones de Cicerón, y reconocer que hay varias espadas de Damocles sobre su posición de poder. Enumeremos algunas.

La primera es la propia campaña electoral. El fujimorismo ha jugado sus cartas para dinamitar la legitimidad del gobierno entrante. Las falsas denuncias de fraude, las solicitudes de nulidad y las marchas en “defensa de la libertad y la democracia y contra el comunismo”, han tenido como fin enlodar la campaña, sembrar la duda y el miedo en la población ¿Cómo contrarrestar? Una de las maneras será cuando se confirme el resultado por el JNE y comiencen a llegar una lluvia de felicitaciones y reconocimientos de gobiernos democráticos extranjeros. Los saludos de mandatarios como Joe Biden, Emmanuel Macron, Pedro Sánchez, Angela Merkel, Andrés Manuel López Obrador o Justin Trudeau serán oxígeno puro que debe ser aprovechado al máximo. Por ende los asesores de Castillo deben prepararse en consecuencia.

La segunda espada de Damocles, y probablemente la más peligrosa es el Congreso de la República. De acuerdo con cifras de la ONPE, el fujimorismo cuenta con 24 congresistas. Sus adláteres de Renovación Popular; 13, Avanza País; 7, Podemos Perú; 5, Alianza por el Progreso; 15, Acción Popular con ocho o nueve. En total son 72 congresistas, cifra suficiente para revivir la pesadilla obstruccionista del gobierno de PPK ¿Qué hacer? Aprender de los errores del ingenuo Kuczynski y contar con un equipo real de operadores políticos en el Congreso. En este aspecto es clave hacer un examen a profundidad sobre la cohesión interna de la bancada de Perú Libre, una incógnita hasta ahora. De igual forma, tender la mayor cantidad de puentes con Juntos por el Perú y el Partido Morado. Se debe constituir un bloque parlamentario que evite a toda cosa que el fujimorismo y sus allegados lleguen al número fatal de 87 votos, que posibilite una vacancia presidencial. 

Una tercera espada de Damocles es la elección de los miembros del Tribunal Constitucional (TC). Recordemos que la Comisión especial de selección de candidatos aptos para la elección de magistrados del TC, encabezada por el congresista de Acción Popular, aprobó el cronograma de entrevistas de los 18 postulantes, a realizarse entre el 21 y el 23 de este mes. En este aspecto es importante recordar que el TC ha fungido como contrapeso del Congreso en una serie de leyes abiertamente inconstitucionales. Elegir un nuevo TC bajo las actuales circunstancias sería sin duda alguna muy peligroso para la gestión del profesor de Chota ¿Qué hacer? Castillo debe alertar a la opinión pública que en las actuales circunstancias de polarización no es lo más adecuado cambiar de TC y se debe esperar una reflexión más profunda con el próximo Congreso.

Finalmente, una tercera espada de Damocles es la debilidad del servicio civil peruano. Las expectativas de la ciudadanía más olvidada y discriminada son enormes con Castillo, pero el nuevo mandatario poco y nada podrá hacer si continúa con el gigantesco desorden administrativo que asfixia  al Estado peruano. Por ende, impulsar la Política Nacional de Modernización de la Gestión Pública es prácticamente una cuestión de sobrevivencia. Sus asesores deben tomar nota sobre este aspecto.

A manera de conclusión, Pedro Castillo ya ganó las elecciones, pero debe ser consciente que parte de una posición de debilidad, mayor a la de sus antecesores PPK, Humala, García o Toledo. Por ende, debe rodearse de un equipo de asesores políticos de primer nivel que le permitan llegar al 28 de julio del 2026.  

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