El 2017 fue declarado por la ONU como el “Año Internacional del Turismo Sostenible para el desarrollo”. De esta forma se reconoce al turismo como una herramienta que genera impactos positivos en la calidad de vida de la población local y en la conservación del patrimonio natural y cultural; siendo esto posible si la actividad turística es producto de una planificación estratégica que contempla la construcción de destinos turísticos de forma concertada y participativa entre todos los actores que componen el sistema turístico.
Esta declaración supone un punto de quiebre para detenernos a reflexionar acerca del aporte del turismo al desarrollo en un país como el Perú con un enorme potencial turístico que incluye: naturaleza, paisajes, cultura ancestral, cultura viva, gastronomía y aventura. Es momento de tomar conciencia, no solo le compete al sector público, sino a todos los actores involucrados acerca del tipo de turismo que se viene desarrollando en los territorios.
El turismo como sistema tiene en consideración el territorio como uno de sus elementos, el territorio no solamente entendido como un espacio de ocupación, sino como un espacio en el cual se generan diversas dinámicas económicas y sociales, por ello la importancia del ordenamiento territorial como uno de los pilares para la planificación turística.
El turismo sostenible implica una experiencia positiva en los visitantes y también en la comunidad anfitriona. No pensemos en infraestructura turística, sino en infraestructura pública de uso turístico. Espacios compartidos para visitantes y anfitriones con un trato basado en el mutuo respeto con la inclusión de comunidades locales en la integración de negocios inclusivos que le sumen valor a la experiencia.
Este año supone una oportunidad para entender que el número de llegadas no necesariamente es un indicar de éxito, sino que es necesaria la construcción y aplicación de indicadores cualitativos, que nos permitan determinar el aporte del turismo a la calidad de vida de la población local así como a la conservación del patrimonio natural y cultural. No basta con aumentar el número de visitantes, el crecimiento no es siempre sinónimo de desarrollo. Definitivamente el turismo es más que un número.
El sector turismo requiere a todos los actores trabajando de forma concertada y participativa en la construcción de destinos turísticos sostenibles y competitivos. Demanda voluntad política, un empresariado innovador, creativo y comprometido, y un recurso humano calificado, con sensibilidad social y ambiental para dirigir los procesos de planificación turística en un país megadiverso e intercultural.
El turismo solo será importante si genera desarrollo, conservación, inclusión, y si asegura que las próximas generaciones podrán seguir disfrutando de lo que tenemos hoy. La apuesta por un turismo sostenible no puede esperar.
Artículo publicado en el Diario Oficial El Peruano 25/09/2017
Sobre el autor:
Rocío Lombardi
Jefa de la carrera de Turismo Sostenible de la Universidad Antonio Ruiz de Montoya