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9 abril, 2018

[Artículo] ¿Una revolución social para cuidar el agua?

      El 22 de marzo conmemoramos el Día Internacional del Agua y el panorama es cada vez más desalentador. En pocos meses, Ciudad del Cabo en Sudáfrica será la primera gran urbe en quedarse sin agua. El día cero ha sido fijado para el 9 de julio. Una ciudad de 8 millones de habitantes sufrirá el corte total del servicio de agua corriente. En adelante, su distribución será en 200 puntos fijos vía cisternas. Cada tanque deberá atender a 40 mil personas, y la gente tendrá que transportarse hasta el lugar y hacer cola, incluidos los niños, los ancianos y las personas con discapacidad. Especialistas ya han alertado sobre una explosión de delincuencia por el tráfico ilegal del agua, el robo de los camiones cisternas, o el crimen organizado que se apodere de los puntos de distribución.

En el 2014, la ONU llevó a cabo un estudio sobre las 500 ciudades más pobladas y encontró que el 25 % se encuentra en situación de “estrés hídrico”. De acuerdo con esta fuente hay once ciudades que concentran el mayor riesgo de quedarse sin agua: Sao Paulo (Brasil), Bengaluru (India), Beijing (China), El Cairo (Egipto), Yakarta (Indonesia), Moscú (Rusia), Estambul (Turquía), Ciudad de México (México), Londres (Reino Unido), Tokio (Japón) y Miami (USA), en ese orden.

Si bien Lima no aparece en los primeros lugares del estudio, su situación también es dramática. De acuerdo con la ANA, la tercera parte del agua para uso poblacional se pierde en el sistema de conducciones. SUNASS señala que la tarifa de agua en Lima es casi la mitad en comparación con Bogotá o Santiago, ciudades que no tienen la aridez de la capital del Perú.

El aspecto crucial tiene que ver con la desigualdad existente para acceder al agua. El precio para aquellas personas que acceden al recurso mediante camiones cisterna es cinco veces mayor en comparación con aquellos que tienen una conexión de red pública (15 soles por m3 versus tres soles por m3, respectivamente).

Otro aspecto fundamental son los nulos incentivos para cuidar el agua que tiene la población debido principalmente a su bajo precio. De acuerdo con SUNASS, los distritos más pudientes de la ciudad, San Isidro y Miraflores, utilizan 447.5 y 395.2 litros por persona al día, respectivamente. La OMS calcula que con 100 litros diarios una persona puede satisfacer plenamente sus necesidades de consumo e higiene.

Ante este panorama ¿Qué hacer? Lo primero es implementar un sinceramiento de tarifas. El agua es un recurso demasiado valioso y la población debe tener incentivos para cuidarlo. Un sinceramiento de tarifas también permitiría a SEDAPAL realizar las inversiones necesarias. Bajo el actual esquema, solamente se pueden realizar el 51 % de las obras programadas.

El agua es un recurso cada vez más escaso, Ciudad del Cabo será la primera urbe en quedarse sin agua. Es momento de una revolución social para cuidar el líquido vital. 

 

Artículo publicado en El Peruano el 09/04/18

Sobre el autor:

Alonso Cárdenas

Docente de la carrera de Ciencia Política de la Universidad Antonio Ruiz de Montoya

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