31 agosto, 2021

[Artículo] Arturo Sulca: Repensar lo común: más allá de la fantasía de lo uno

¿Cómo imaginamos y realizamos la vida en común? ¿Cómo nos planteamos los vínculos humanos? Considero que hay dos posibilidades generales de producir lo común: la vía de lo uno o la vía de lo múltiple. Si bien con lo que nos topamos es con una enorme diversidad de individuos, colectividades, lenguas, conocimientos y prácticas sociales, no obstante, esta heterogeneidad de la experiencia humana no necesariamente ha sido tomada en su heterogeneidad.

¿Qué es primigenio o fundamental: lo uno o lo múltiple? ¿Qué es lo más deseable? Bien pensado lo que hay es lo múltiple. Lo que llamamos la unidad o lo uno no es nada más que cierto momento de la multiplicidad para estabilizarla. En sentido estricto, no hay la unidad: lo que hay son procesos de producción de la unidad, vale decir, múltiples procesos de unificación. Pero este debate no es un asunto meramente teórico, sino que tiene repercusiones concretas en las maneras en que organizamos nuestras existencias tanto a nivel personal como social.

Durante los últimos milenios, con los diversos procesos de unificación de nuestro planeta, fueron emergiendo múltiples proyectos sociales, culturales, políticos y económicos para instalar lo uno sobre lo múltiple no como el resultado de un proceso a partir de lo múltiple sin suturarlo, sino como un dato primero de la realidad o como aquello a lo que tuvieran que aspirar los seres humanos para cerrar las grietas de la desdicha.

La negación de la heterogeneidad constitutiva de la realidad se ha notado en la hegemonía de los imperios, el surgimiento y expansión de los monoteísmos, el predominio del amor fusión, el apogeo de los autoritarismos y los totalitarismos. El impulso y defensa de lo uno nos ‘inmuniza’ de las inclemencias de la naturaleza, de las vicisitudes existenciales, de los vaivenes del tiempo, de las hostilidades de los enemigos, de los peligros que entraña vivir. La idealización de lo uno en las relaciones humanas fortalece la fantasía de la seguridad: la disminución de aquellos riesgos que ofrecerían serias amenazas contra la vida individual y colectiva. El inconveniente con esto es que se privilegia la seguridad y se deja de lado la libertad; se prioriza la inmunidad y se deja de lado la autonomía; se fortalece lo idéntico, lo mismo y se niega la diferencia, la alteridad.

Entonces, ¿se trata de negar lo uno para privilegiar lo múltiple porque en muchas empresas humanas lo uno constituyó la base de toda dictadura contra la vida privada o pública? Replantear la vida en común más allá de la fantasía de lo uno implica deshacerse de la idea de que lo uno deba ser nuestro principio y fin. Lo uno existe sí, pero es el resultado de una inacabable sucesión de múltiples circunstancias, individuos, sociedades, culturas, etc. Así, vivir juntos pude implicar una mejor experiencia si nos abrimos a lo múltiple y acogemos lo uno sin prerrogativas.

Artículo publicado en el Diario Oficial El Peruano el 26/08/2021