I
El 4 de julio nos dejó Richard J. Bernstein a los 90 años. Se trataba de uno de los grandes filósofos estadounidenses contemporáneos quien articuló una interesante síntesis entre el neopragmatismo, la hermenéutica y la teoría crítica, mostrando de qué manera la filosofía puede ser más que una disciplina técnica para devenir en una herramienta de pensamiento y transformación social. Estudió en Chicago, donde conoció a la Richard Rorty, Philip Roth, George Steiner y Susan Sontag. Luego pasó a la Universidad de Columbia y terminó doctorándose en Yale. Wilfred Sellars lo acercó al pragmatismo. Su interés por la situación política lo acercó al Movimiento por los Derechos Civiles, del lado de Martin Luther Ling Jr., y a alzar su voz contra la Guerra de Vietnam (Diario ABC, 5 de julio del 2022).
Entre tanto, había entablado una gran amistad con Hannah Arendt, en The New School for Social Reaserch, a quien le dedicó más de un libro, como “Hannah Arendt and the Jewish Question” (1996) y “Why Read Hannah Arendt Now?” (2018). La relación con Arendt imprimió en él una importante impronta por las cuestiones sociales, al igual que su lectura de John Dewey, uno de los grandes intelectuales progresistas de la primera mitad del siglo XX. A Dewey también le dedicó tres libros importantes, “John Dewey: On Experience, Nature, and Freedom” (1960), “John Dewey” (1966), y “Filosofía y democracia: John Dewey” (2009). Escribió otros libros muy importantes como “El Mal Radical” y “Violencia”. A raíz del acontecimiento del 11 de septiembre del 2001 escribió un libro muy influyente que se tituló “El Abuso del Mal”.
Sin duda, se trata de una pérdida importante para la filosofía y la reflexión pública mundial, con la cual deja un gran vacío para la filosofía, disciplina que a optado por la tecnificación y por satisfacer las exigencias competitivas de la indexadoras en un mundo neoliberal. Su libro póstumo lleva por título “The Vicissitudes of Nature”. Se trata de un estudio estimulante de la relación entre los seres humanos y la naturaleza a la luz de experiencias como las pandemias, reflexión acompañada de la filosofía de Spinoza, Hume, Kant, Hegel, Marx, Nietzsche y Freud. Bernstein ha aportado mucho a la reflexión sobre los males que aquejan al mundo actual y sobre la importancia de la democracia.
II
Filosofía y tiempo presente
El aporte intelectual de Bernstein siempre ha estado conectado con el tiempo presente. Su estudio y valoración de los autores clásicos de tradición filosófica no ha tenido una intención exegética, sino el de hacer filosofía en el tiempo presente. Se acercó a los clásicos para inquirir por el tiempo actual y sus problemas: la violencia, el radicalismo, la democracia, el mal. Con ello enseñó una importante forma de hacer filosofía a sus estudiantes, a sus colegas y a sus lectores. La filosofía no es una actividad de sabiondos o de sábelo todo. Se trata, más bien de iluminar los problemas del tiempo presente. Bernstein aplicó y enseñó la lección que aprendió de John Dewey: la actividad del pensar se encuentra dirigida a aplicar la inteligencia a la resolución de problemas en un mundo que cada vez se torna más plural y, por lo tanto, complejo. En ese sentido, la inteligencia debe ser entendida como una «actividad social y cooperativa». De ello se desprende el valor de la democracia porque permite la deliberación pública y libre. En tal sentido, Bernstein combatió los intentos autoritarios que brotan de pensadores como Carl Schmitt con la concepción de la política como deliberación y acción concertada que aprendió de Arendt.
Y, para él, la filosofía como respuesta a los males del tiempo presente estaba lejos de ser una actividad «teórica», sino «práctica» o, mejor dicho, una «forma de vida». Sus estudiantes, colegas y lectores hemos aprendido de él esta lección. Él se presenta aún ante nosotros como un maestro de filosofía, es decir, como alguien que nos enseña una forma de vida y de estar en el mundo, atento a lo que sucede en él y en diálogo constante con todos. Durante 33 años compartió esa actitud con sus colegas en la New School for Social Reaserch, a quien llamaban con afecto Dick. El recuerdo cordial de sus colegas indica con claridad que la filosofía significaba para él la capacidad de pensar durante el encuentro.
En un diálogo que mantuvo con Charles Taylor, aclara la naturaleza de su concepción sobre la filosofía:
me formé en un momento en el que la «ideología analítica» de la filosofía angloamericana estaba en su punto más alto a finales de la década de 1950 y al comienzo de la de 1960. Siempre he trazado una fuerte distinción entre la «ideología analítica» y la filosofía analítica. La «ideología analítica» establece que hay una forma, y solo una, de hacer filosofía capaz de despejar todo tipo de problemas filosóficos (Taylor & Bernstein, 2017, p. 44).
En este pasaje muestra claramente cuál era su mirada de la filosofía. No la entendía como una actividad técnica sino como un pensar juntos problemas del presente. Y, practico ese tipo de filosofía con sus colegas y estudiantes.
III
Filosofía y compromiso
De la lectura de Dewey aprendió que la filosofía supone un compromiso con la democracia, entendiendo esta última como la posibilidad de ampliar el rango de las libertades y los derechos. En ese sentido se comprometió con el Movimiento por los Derechos Civiles. Como él mismo señaló:
Yo participé en el movimiento estadounidense por los derechos civiles en Mississippi en 1964. Existe un vínculo claro entre este activismo y la necesidad de repensar la democracia, es decir, repensar el énfasis en la participación política. Éste es un tema muy arendtiano: que las personas puedan unirse y modificar los estados de cosas para lograr reformas positivas (Taylor & Bernstein, 2017, p. 45).
Quedó claro para Bernstein que la filosofía era un esfuerzo de pensar y repensar la democracia a fin de ampliar el rango de derechos y libertades. Se trata de un compromiso público de la filosofía o, mejor dicho, de entiende a la filosofía como compromiso público. Esta concepción de la filosofía articula perfectamente las dos herencias principales de su pensamiento: Arendt y Dewey. En ese sentido se conecta con la inspiración de Martin Luther King Jr. Al igual que para Bernstein, el líder afroamericano comprendió el cristianismo como compromiso. La diferencia, claro está, se encuentra que Bernstein se comprendía como académico comprometido mientras que Luther King Jr. se comprendió siempre como cristiano comprometido. Pero lo que comparten es que su compromiso tiene sus fuentes en su concepción de la filosofía (Bernstein) o su concepción de la religión (Luther King Jr.).
La filosofía como compromiso social supone dos cosas: en primer lugar, una rigurosidad argumentativa, pero, además el compromiso con una mentalidad. En el Abuso del Mal señala que “por mentalidad, me refiero a una orientación general -una concepción o una forma de pensar- que condiciona la manera en la que encaramos, comprendemos y actuamos en el mundo. Esta determina, y a su vez está determinada, por nuestra vida intelectual, práctica y emocional” (Bernstein, 2006, p. 39). A diferencia de las actitudes dogmáticas, abrazó una «mentalidad falibilista» que “es la creencia de que cualquier reivindicación de conocimiento, o, en general, cualquier reivindicación de validez -incluidas las reivindicaciones morales y políticas- es posible de análisis, modificación y crítica” (Bernstein, 2006, p. 55).
El aporte de Bernstein a la filosofía y al mundo ha sido de gran valía. Para quienes lo hemos leído y enseñado en varias oportunidades ha sido una gran inspiración para pensar y actuar, para filosofar comprometidos con la transformación de la sociedad y de las mentalidades. Ninguna de sus palabras nos ha dejado indiferente. Sin duda, ha marcado a muchos de sus estudiantes, colegas y lectores. Nos ha abierto a una gran variedad de caminos de experiencia, con rigurosidad, creatividad y un gran estilo. El aporte de Bernstein a la vida de sus lectores es invalorable. Lo que nos ha dejado será siempre atesorado.
Bibliografía.
Bernstein, R. J. (2006). El abuso del mal: La corrupción de la política y la religión desde el 11 de septiembre. Madrid: Katz.
Taylor, C., & Bernstein, R. (2017). Diálogos Taylor y Bernstein. Barcelona: Gedisa.
Artículo publicado en Revista Ideele N° 304