Es necesario que el Perú de una vez por todas implemente una política pública muy agresiva en aras de preservar nuestra biodiversidad y para mitigar los efectos del cambio climático. El tema ambiental, con carácter prioritario, debe volver a la agenda pública.
Mientras que el Perú se hunde en un proceso de deterioro político institucional que parece no tener fin, ha pasado prácticamente desapercibida la publicación del último Índice de Desempeño Ambiental (EPI por sus siglas en inglés) elaborado por las Universidades de Yale y Columbia en los Estados Unidos. El EPI es un método de medición que evalúa las prácticas de salvaguarda y protección del medioambiente de los países a la luz de sus políticas públicas. Destacado por sus autores como el estudio “más completo jamás publicado”, el EPI 2022 interpreta 40 indicadores agrupados en 11 categorías. A su vez, estas categorías se trasvasan en tres objetivos de política: salud ambiental, vitalidad de los ecosistemas y cambio climático. En función a la evidencia se califica a 180 países con una escala de 0 a 100, del peor al mejor.
De acuerdo con el EPI 2022, el país con mejor desempeño ambiental es Dinamarca con un puntaje de 77.9. Le siguen Reino Unido, Finlandia, Malta, Suecia y Luxemburgo. Por otra parte, las naciones con la más baja ubicación son Pakistán, Bangladesh, Vietnam y Myanmar. India, a nivel global, tiene la peor valoración con apenas 18.9.
Por su parte, el Perú se ubica en la vergonzosa posición 101 de 180, con una lamentable calificación de 39.8. A nivel América Latina y el Caribe (ALC), EPI nos ubica en la casilla 26 de 32, superando solamente a seis países: Guyana, Nicaragua, Uruguay, Honduras, Guatemala y Haití. El experto José de Echave indica que nuestro país ha sufrido un deterioro considerable, dado que a inicios de la década pasada Perú ocupaba el puesto 64 a nivel mundial y 6 en ALC.
En la esfera de subcategorías dentro de ALC, EPI nos coloca en la casilla 26 de 32 de mitigación del cambio climático, 20 de 32 en calidad del aire, 22 de 32 en saneamiento, 24 de 32 en manejo de recursos hídricos y 25 de 32 en presencia de lluvia ácida.
Desgraciadamente, el análisis de Yale y Columbia confirma los hallazgos de otros estudios que acreditan el grave deterioro ambiental que sufre nuestro país. La BBC, citando un informe de Naciones Unidas del 2021, indica que el Perú es uno de tres países con mayor nivel de deforestación del mundo. De acuerdo con esta fuente, entre el 2002 y 2020, se perdieron 2 millones 16 mil hectáreas de bosque primario húmedo y 3 millones 39 mil de hectáreas de cobertura arbórea. Por otra parte, el World Air Quality Report 2021 realizado por la firma privada IQAir, halló que Perú tiene también la peor calidad del aire en América Latina, con 29.6 de concentración de materia particulada o PM2.5. Por otra parte, Chile tiene 21.7, Guatemala 19.5 y México 19.3. Un panorama muy sombrío.
A manera de conclusión, es necesario que el Perú de una vez por todas implemente una política pública muy agresiva en aras de preservar nuestra biodiversidad y para mitigar los efectos del cambio climático. Sin embargo, el desorden administrativo, la improvisación, la indiferencia y la corrupción que arrastramos desde hace décadas pintan un escenario cuesta arriba. El tema ambiental, con carácter prioritario, debe volver a la agenda pública.
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Sobre el autor:
Alonso Cárdenas
Docente de la carrera de Ciencia Política de la Universidad Antonio Ruiz de Montoya