El horizonte se torna crítico. Recordemos que la FAO recalcó que el Perú es el país con mayor inseguridad alimentaria de América del Sur, con 8 millones de personas que se encontraban en esta condición: "un aumento vertiginoso nunca antes observado en el país".
Los fertilizantes son un insumo agrícola indispensable para que los cultivos incrementen su rendimiento, ya que aportan sustancias ricas en nutrientes que mejoran los suelos. Existen diferentes tipos de fertilizantes, destacan los químicos, elaborados por el hombre, compuestos por nitrógeno, fósforo y potasio. También están los fertilizantes orgánicos como el estiércol, guano, restos leñosos, entre otros.
La llegada de la Covid-19 afectó de sobremanera el comercio mundial de fertilizantes, debido principalmente a severos confinamientos, problemas energéticos en países productores, interrupción de las cadenas de suministro y sobrecostos en el transporte marítimo. De acuerdo con Rubén Carrasco, presidente del Gremio para la Protección de Cultivos de la Cámara de Comercio de Lima, el precio la urea, el fertilizante de mayor uso, se triplicó, pasando de 70 a 200 soles la bolsa.
Con la guerra en Ucrania la situación empeoró. Según la Dirección de Estudios Económicos del Ministerio de Desarrollo Agrario y Riego (MIDAGRI), el índice nacional de precios de estos insumos se incrementó en términos intermensuales, en 11,6% y 6,8% durante los meses de marzo y abril del año 2022, respectivamente. Para agravar el panorama, el INEI (2021), indica que el 89,5% de la oferta total de fertilizantes químicos que utiliza la agricultura peruana son importados.
Ante este panorama, la respuesta del actual gobierno ha sido errática. En lo que va el mandato de Pedro Castillo han pasado 5 ministros de Agricultura en 13 meses de gestión. En abril de este año, el exministro Oscar Zea anunció compras de fertilizantes a Bolivia por un monto de 700 millones de soles, sin resultados. Un mes después, el citado ministro dio a conocer la creación de un fondo de 900 millones de soles para adquirir el insumo mediante la modalidad gobierno a gobierno, señalando que ya se habían tenido conversaciones con Marruecos, Venezuela y Bolivia. Nada ocurrió.
Con la caída de Zea, la batuta la tomó Javier Arce, que afirmó que “máximo en un mes” el fertilizante estaría en el Perú. Empero, ya deslizaba un cambio en la estrategia, un “comité de transparencia” indicaría si la compra se haría de gobierno a gobierno o a través de un privado. Sin embargo, Arce renuncia a las dos semanas. Tras su salida, asume Andrés Alencastre. Una de sus primeras decisiones fue remover a Rogelio Huamaní Carbajal del cargo de Director Ejecutivo del Programa de Desarrollo Productivo Agrario Rural (Agro Rural), a razón de serias deficiencias en el proceso de adquisición de urea.
Alecastre encarpeta la estrategia de gobierno a gobierno e insiste en seguir con la adquisición vía una empresa privada. No obstante, el proceso se vuelve a caer. La primera vez la convocatoria se declaró desierta. La segunda vez, la estadounidense Ready Oil fue descalificada por observaciones de la Contraloría. Después, en un último intento, la italiana Unionsped SRL renuncia unilateralmente a la adjudicación, dejando en el aire al gobierno.
Ante esta situación el horizonte se torna crítico. Recordemos que la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y Agricultura (FAO), recalcó que el Perú es el país con mayor inseguridad alimentaria de América del Sur, con 8 millones de personas que se encontraban en esta condición, "un aumento vertiginoso nunca antes observado en el país".
A manera de conclusión, la frustrada adquisición de fertilizantes evidencia que es impostergable que el más alto nivel político priorice la formación de un servicio civil calificado, para impedir que personas con dudosos antecedentes y sin perfil profesional accedan a cargos públicos estratégicos. De igual forma iniciar un proceso muy profundo de modernización de la gestión pública. Sobre este punto, la Política Nacional recientemente aprobado contribuye, pero no dimensiona en su real magnitud la debilidad del Estado peruano.
Sobre el autor:
Alonso Cárdenas
Docente de la carrera de Ciencia Política de la Universidad Antonio Ruiz de Montoya