En la UARM celebramos con gratitud y esperanza el comienzo del año académico 2025. Durante toda la semana se realizaron diferentes actividades de integración en las que participaron estudiantes, docentes y personal administrativo. Y es que el espíritu es de reencuentro con el campus y los compañeros de clases, pero también de reafirmar el compromiso personal y colectivo de aportar, desde cada una de las profesiones, a un mejor país y un mundo más humano en correlación con su entorno.
El 20 de marzo se realizó la Ceremonia de Inauguración del Año Académico 2025. El programa inició con la celebración eucarística en la Parroquia San Lucas, presidida por Víctor Hugo Miranda SJ, superior provincial de Jesuitas del Perú, y concelebrada por Rafael Fernández Hart SJ, rector, por Juan Dejo SJ, vicerrector de Investigación y Marvin Quispe SJ, jefe de la Oficina de Formación Ignaciana y Humanista.
Víctor Hugo Miranda SJ hizo hincapié en que la UARM, desde su fundación, busca aportar en la educación superior desde la espiritualidad. Recordó que es importante mirar el futuro con esperanza, en un contexto en que se vive una crisis de sentido, sin valores, ni códigos morales, en donde la ética parece no tener lugar ni tampoco el diálogo ni la empatía. “No podemos renunciar a la posibilidad de pensar y el rol de la universidad es, precisamente, promover el pensamiento crítico”, expresó.
Comprometidos con la educación y el futuro de los estudiantes
En el Auditorio UARM Jeffrey Klaiber SJ prosiguió la ceremonia con las palabras de Gloria Arméstar, vicerrectora académica, quien destacó que la UARM es un espacio de conocimiento, innovación y de cultura del encuentro donde cada uno puede desarrollar talento, explorar nuevas ideas y contribuir al avance de la sociedad. “Cada inicio de año académico nos permite renovar nuestras metas y fortalecer nuestros proyectos”, señaló.
En la ceremonia se recordó que el tema del 2025 para la UARM es ecología integral, el cual fue abordado por Sofía Chacaltana Cortez, directora del Instituto de Ética y Desarrollo, quien estuvo a cargo de la lección inaugural, la cual tituló: “Inseparables interdependencias: relatos de vínculos entre las especies”. En su brillante exposición dio cuenta, a través de relatos, que la ecología no es solo el estudio de la naturaleza, sino la toma de conciencia de nuestras interdependencias y nuestros vínculos.
Chacaltana indicó que existe también la temporalidad del aprendizaje – el tiempo del estudiante – que tiene que ver con el cultivo del aprendizaje, que al igual que una flor, requiere ser cuidadosamente nutrido y cuidado para luego, en el momento apropiado, florecer. No antes y no después. “Esto nos obliga a reconocer que todo proceso ecológico y social (como el aprendizaje) requiere tiempo para manifestarse y transformarse. Pensando en ello y en la naturaleza de nuestra casa de estudios, un espacio que alberga estudiantes y profesores provenientes de diversas regiones del Perú, de continente americano y de territorios aún más lejanos con múltiples lenguas indígenas podemos ver que esta universidad es, en sí misma, un ecosistema de interacciones ecológicas y sociales”, expresó.
En la ceremonia, Rafael Fernández Hart SJ remarcó que la función primordial de la universidad es formar, lo que implica prestar atención a las diferentes capacidades: la memoria el entendimiento, la voluntad, pero también a dimensiones tan importantes como la sensibilidad. “Formar supone que estas dimensiones adquieran su desarrollo y equilibrio. Entonces de lo que se trata es comprender que no basta con dedicar tiempo a actividades como estar en clases, debatir, leer o hacer un deporte, sino que lo importante es el propósito que motivan estas actividades”, concluyó.