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El Dr. Roberto Rubio, director del Departamento de Filosofía de la Universidad Alberto Hurtado de Chile, estuvo en Perú como invitado especial de la XIII Jornadas de Fenomenología y Hermenéutica de la PUCP y también compartió un conversatorio en la UARM sobre el enfoque fenomenológico y sus posibles aportes a investigaciones interdisciplinarias. Aprovechamos para conversar con él sobre el papel de los filósofos en el mundo de hoy que busca soluciones inmediatas.
Fue muy enfático al decir que la filosofía no tiene una utilidad inmediata. Es un tipo de ejercicio humano que engrandece a quien lo realiza, en términos individuales y colectivos. Es una práctica cultural que ofrece a los seres humanos posibilidades de obtener una mirada acerca de sí mismos que de otro modo no podrían conseguir. Tiene que ver con la reflexión y con la crítica.
“La filosofía es necesaria en la medida en que se vuelve necesaria. No por un decreto que obligue a las universidades a enseñar filosofía, sino en el sentido de que conquista por sí misma su legitimidad, en la medida que quienes la practican advierten que no valdría la pena privarse de hacer filosofía. La búsqueda de la verdad o de la sabiduría, se justifica no por el resultado, sino por lo que pasa en el camino”, expresó.
Respecto a la dicotomía entre filosofía práctica y la teoría del conocimiento, precisó que no es estrictamente correcto este antagonismo porque la dimensión práctica de la vida es la base para cualquier teoría del conocimiento. “Tanto un filósofo de escritorio o de biblioteca, que se pasó los últimos diez años reflexionando sobre temas como la pobreza y la exclusión, como aquel otro con vocación de aparecer en el espacio público e integrar mesas de debate con políticos y periodistas, pueden tener aportes valiosos para la sociedad”.
Cuidado con los filósofos para filósofos
El doctor en Filosofía por la Universidad de Friburgo (Alemania) explica que lo importante no es tanto el formato en el que se hace presente el filósofo, sino qué es lo que dice y escribe. Eso sí, recomienda tener cuidado de ser una especie de filósofo para filósofos entre filósofos, lo cual lo considera un problema, que los hace ver como que están de espaldas al país. Es un riesgo que la colectividad de filósofos debe tener muy presente.
Su vinculación con Perú y con la Universidad Antonio Ruiz de Montoya comenzó hace dos años a partir de los intercambios académicos de estudiantes peruanos y chilenos. Ha participado como expositor en el Coloquio de Estudiantes de Filosofía de la Ruiz y asesor de tesis en temas de fenomenología para nuestros estudiantes. En su reciente visita se reunió con Víctor Casallo, director de la Escuela de Filosofía, para seguir estrechando el trabajo conjunto.
Invitó a los estudiantes a participar en los intercambios académicos. “Hoy más que nunca la situación para un filósofo es global. Para poder trabajar en filosofía debemos pensar globalmente. La responsabilidad no es solo con tu lugar. Atrévanse a cruzar las fronteras, no solo geográficas, sino en el sentido de tener el ánimo y el deseo de aventura de hacer una experiencia de intercambio, durante el pregrado es una experiencia insustituible”, expresó.