Patricia Medina, coordinadora de la Maestría en Docencia Universitaria de la Universidad Antonio Ruiz de Montoya, participó en una entrevista de El Comercio en la que brindó recomendaciones para la sustentación de la tesis. Son dos las dimensiones que el jurado valora, especialmente: la utilidad del aporte para quien quiera continuar desarrollando esa misma línea de estudio y la ética aplicada en el proceso de elaboración del mismo, de modo que el candidato pueda demostrar la autoría de los planteamientos.
“Si es una tesis de aplicación, se busca que la propuesta tenga un sustento teórico y antecedentes previos, y a nivel metodológico, el objetivo es confirmar que la persona ha podido profundizar en sus conocimientos, y sobre todo si es una investigación cualitativa, evaluar si maneja los procedimientos científicos en cuanto a definir una muestra, una unidad de análisis, a aplicar una técnica o determinados instrumentos, a fin de constatar si hay un rigor, una cuestión sólida, en el proceso”, explica.
En cuanto a los sustentos técnicos, la especialista recalca que si bien hay jurados dogmáticos, el alumno debe tener presente que una teoría puede tener distintas perspectivas y que de lo que se trata es que demuestre el dominio de su perspectiva teórica, a partir del reconocimiento de la amplitud de su marco teórico. “No se trata de asumir la postura del otro –aclara–, sino de defender los propios planteamientos, con argumentos y fundamentos claros y solventes”. Finalmente, se trata de constatar la confiabilidad del resultado y su suficiencia para sostener la tesis.
El informe incluyó el testimonio de Ramón Herrera Salazar, máster en Literatura Hispanoamericana por la PUCP y actual coordinador de la Oficina de Proyección Social y Responsabilidad Social Universitaria (RSU) de la Universidad Antonio Ruiz de Montoya.
Entrevista publicada en el Suplemento Maestrías de El Comercio 11/06/2018