Alberto Simons SJ
La conciencia de una responsabilidad comunitaria cobra toda su urgencia: No podemos prever el futuro; sin embargo, podemos establecer un principio exigente: habrá paz en la medida en que toda la humanidad sepa redescubrir su vocación originaria de ser una familia, en la que la dignidad y los derechos de las personas —de cualquier estado, raza o religión — sean reconocidos como anteriores y preemienentes con respecto a cualquier diferencia.